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Miembros de la Asociación Amigos de la Catedral distribuyeron las
raciones del gigantesco rosco - |

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Tahona Mi Pan ha elaborado este rosco de 1.200 kilos que dan lugar a
unas 1.500 raciones - |
En el
tercer día del mes de Febrero se celebra la efeméride de San Blas, un
día en el que el dulce y la tradición se unen para celebrar esta jornada
tan tradicional que los calagurritanos y ribereños llevan preparando
desde días atrás. La festividad comenzó con el reparto del Gran Rosco
con el que la Tahona Mi Pan obsequia -desde hace diez años- a todos los
calagurritanos, y cuyos beneficios, las aportaciones voluntarias que los
parroquianos ofrecen, son destinados a la Asociación Amigos de la
Catedral para ayudar a la restauración de tan emblemático e histórico
edificio de la ciudad. A las once y media de la mañana, el Gran Rosco
elaborado artesanalmente en los hornos de Félix Herce con un peso cercano
a los 1.200 kilos de peso lo que permite distribuir unas 1.500 raciones
del mismo, fue bendecido ante la multitud congregada para poder participar
en este acto tan tradicional que abre un día en el que la devoción
calagurritana se manifiesta a través de un goteo continuo de fieles que
acuden a bendecir sus dulces para que el Santo les proteja. En esta
ocasión, y debido a las obras de instalación de la calefacción en el
templo, no se celebraron Eucaristías, pero en la catedral sí se
estableció un horario de bendiciones que ocupaban casi toda la jornada.
Centenares de niños acudieron con sus roscos adornados con azúcar,
repletos de dulces y con su nombre grabado también en azúcar,
acompañados de sus mayores, que llevaban además de los roscos, otras
variedades de dulces con gran tradición en estas fechas: sabrosas
mantecosas, esponjosos bizcochos, todo tipo de chocolates, mantecados y
galletas, dependiendo de las preferencias de los consumidores, que
acudieron al templo sabedores de que el agua bendita de San Blas (médico
y obispo que sufrió un gran martirio a principios del siglo cuarto, de la
mano del gobernador Agricolaus durante la persecución de Licinius) les
ayudará a protegerse de las enfermedades de la garganta, muy propias de
la estación invernal en la que nos encontramos.
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