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- CALAHORRA / SAN BLAS

- SABADO - 030207 - 11:30H.


El Gran Rosco abre los actos de la Festividad de San Blas


Centenares de calagurritanos acudieron a su cita con San Blas, viviendo una fiesta tan tradicional de la comarca durante todo el sábado en la Catedral de Calahorra. El acto central de la jornada, la bendición del Gran Rosco donado por Tahona Mi Pan y cuyos beneficios son destinados a la Asociación de Amigos de la Catedral, abrió esta dulce jornada festiva.  

 

- Miembros de la Asociación Amigos de la Catedral distribuyeron las raciones del gigantesco rosco -

- Tahona Mi Pan ha elaborado este rosco de 1.200 kilos que dan lugar a unas 1.500 raciones -

En el tercer día del mes de Febrero se celebra la efeméride de San Blas, un día en el que el dulce y la tradición se unen para celebrar esta jornada tan tradicional que los calagurritanos y ribereños llevan preparando desde días atrás. La festividad comenzó con el reparto del Gran Rosco con el que la Tahona Mi Pan obsequia -desde hace diez años- a todos los calagurritanos, y cuyos beneficios, las aportaciones voluntarias que los parroquianos ofrecen, son destinados a la Asociación Amigos de la Catedral para ayudar a la restauración de tan emblemático e histórico edificio de la ciudad. A las once y media de la mañana, el Gran Rosco elaborado artesanalmente en los hornos de Félix Herce con un peso cercano a los 1.200 kilos de peso lo que permite distribuir unas 1.500 raciones del mismo, fue bendecido ante la multitud congregada para poder participar en este acto tan tradicional que abre un día en el que la devoción calagurritana se manifiesta a través de un goteo continuo de fieles que acuden a bendecir sus dulces para que el Santo les proteja. En esta ocasión, y debido a las obras de instalación de la calefacción en el templo, no se celebraron Eucaristías, pero en la catedral sí se estableció un horario de bendiciones que ocupaban casi toda la jornada. Centenares de niños acudieron con sus roscos adornados con azúcar, repletos de dulces y con su nombre grabado también en azúcar, acompañados de sus mayores, que llevaban además de los roscos, otras variedades de dulces con gran tradición en estas fechas: sabrosas mantecosas, esponjosos bizcochos, todo tipo de chocolates, mantecados y galletas, dependiendo de las preferencias de los consumidores, que acudieron al templo sabedores de que el agua bendita de San Blas (médico y obispo que sufrió un gran martirio a principios del siglo cuarto, de la mano del gobernador Agricolaus durante la persecución de Licinius) les ayudará a protegerse de las enfermedades de la garganta, muy propias de la estación invernal en la que nos encontramos.

 


 

 
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