Hay
una tendencia en la sociedad actual de vender compact en los que dice que es
música para relajarse, música para dormir, música para el dolor o música
para dejar de fumar. Esto
no es cierto
Es
una profesión muy antigua pero su rigor científico viene demostrado desde hace
más o menos desde primeros de los años 50.
El
musicoterapeuta tiene que saber música porque si no nos quedamos solo con la
música grabada, es decir, los casettes y los Cds, y esto no es suficiente.
El
cierre de la sesión es tremendamente importante porque hay personas que han
estado muy felices durante la sesión pero hay que volver a situarles en la
realidad.
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Licenciada
en Psicología y con un Master en Musicoterapia y Psicooncología, Patricia
Martí realizó estudios musicales a nivel de conservatorio para poder
impartir adecuadamente esta ciencia, que permite el alivio del sufrimiento
tanto físico como mental, de los pacientes así como la estimulación
preventiva de los mismos. Patricia Martí acaba de finalizar una ciclo de
charlas para explicar los efectos beneficiosos de la música en el tratamiento
del dolor crónico, pero esta técnica terapéutica se aplica en multitud de
áreas y disciplinas para conseguir una mayor apertura de las personas
afectadas, consiguiendo remitir o modificar su actitud implicando una sensible
mejoría ante estos problemas.
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¿Qué es la Musicoterapia?
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Es la utilización de la Música de una manera científica, de una manera
sistemática, para ayudar a las personas que tienen un problema de salud.
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¿Desde cuándo se utiliza la música con fines terapéuticos?
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Desde culturas muy antiguas, como la Griega, se ha utilizado la música como
recurso terapéutico. Sin embargo, utilizarla de manera más científica, como
tratamiento serio, con metodología y rigor, no ha sido hasta 1950. En este
año se creó propiamente la profesión de Musicoterapia. Por tanto, podemos
decir que por un lado es una profesión muy antigua pero, por otro lado, su
rigor científico viene demostrado desde hace más o menos desde primeros de
los 50, especialmente en países pioneros como Estados Unidos y un poco más
tarde en países europeos como Inglaterra y Alemania. Hoy en día esta
disciplina está extendida a lo largo de todo el mundo, lo que ocurre es que
en nuestro país vamos un poquitín más lentos. Se están formando gente,
profesionales en el campo, pero cuesta abrir y convencer sobre todo a un
determinado grupo de profesionales que lo ven como algo más anecdótico que
como algo sólido, con una fundamentación metodológica y teórica seria.
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Estudios requeridos para formarse como profesional en la materia.
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En nuestro país es una formación de post-grado o máster, por lo que el
acceso es a través de Diplomatura o Licenciatura de Ciencias de la Salud,
como son la Psicología, Medicina, Enfermería, etc. o de Ciencias de la
Educación, como la Pedagogía o el Magisterio. También se requieren
conocimientos musicales y dependiendo del centro de estudios, se cursan dos
años más. Actualmente se está regulando con todo el cambio de estudios de
la Ley de Bolonia en Europa, pero la idea es que la gente se forme entre dos y
tres años. Hay que ser músico para impartir esta disciplina, desenvolverte
con un instrumento, saber desenvolverte con la voz, saber leer partituras y
saber componer, porque de hecho esto es lo que luego vamos a utilizar en las
sesiones. Habrá un momento en que se tenga que hacer una canción para un
paciente o aprovechar la letra que traiga un paciente para después nosotros
componer música para él, o para poder tener una experiencia musical dando
determinados instrumentos a los pacientes y enseñarles qué ritmo seguir.
Para poder hacer todo esto, el musicoterapeuta tiene que saber música porque
si no nos quedamos solo con la música grabada, es decir, los casettes y los
Cds, esto no es suficiente. Está muy bien, pero la música en vivo, y está
demostrado en diferentes estudios, llena muchísimo más que la música
grabada. Lógicamente, hay entornos y ciertas situaciones en los que conviene
utilizar música grabada, pero tener un terapeuta que te está cantando a ti
una canción en vivo cuando estás, por ejemplo, en la cama de un hospital, es
una experiencia indescriptible debido a las emociones que se mueven.
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¿Cómo se estructuran las sesiones terapéuticas?
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Hay diferentes tipos de enfoques: se pueden aplicar las sesiones a nivel
individual o a nivel grupal, en un contexto de hospital, en una escuela de
educación especial o en una consulta privada, etc. La estructura común a
todas, es un primer inicio delas sesiones o lo que llamaríamos un ritual de
bienvenida que puede incorporar o no música, pero intentamos poner una
canción que el grupo o la persona acepte y que le proporcione seguridad para
ayudar a conectarse y a centrarse. Después se pueden llevar a cabo una o más
técnicas de musicoterapia, como cantar canciones, escuchar una canción o
diversos ejercicios de relajación, dependiendo de cuál sea el objetivo
terapéutico. Por ejemplo, si estamos en un Centro de Rehabilitación Física
y el objetivo es que la persona movilice o mueva aquel miembro que tiene
lesionado y que necesita ejercitar, lo que hacemos es hacer una actividad de
movimiento mediante la música porque ese es nuestro objetivo, que
distrayéndose con la música sienta menos dolor y más motivación. Sin
embargo, si tenemos un enfermo oncológico y esta muy angustiado, lo mejor que
podemos hacer es ponerle una canción que hable del miedo, después comentarla
para poder verbalizar esos miedos y luego incluso cantar la canción. Para
finalizar la sesión, el cierre, buscamos una actividad, que suele ser con
música también, una canción de despedida, que neutralice las emociones para
que las personas que han estado, quizás conmovidas, o que han expresado cosas
más íntimas y personales, puedan volver a tener un estado anímico más
neutro puesto que se va a quedar sola y no conviene dejarle. El cierre es
tremendamente importante porque hay personas que han estado muy felices
durante la sesión pero hay que volver a situarles en la realidad.
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¿Para qué tipo de enfermedades, ya sean físicas o psicológicas, es más
recomendable el uso de la musicoterapia?
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Está recomendada para todo tipo de enfermedades. Hoy en día, la
musicoterapia se aplica principalmente en cuatro colectivos: en el campo de la
educación entraríamos a trabajar con niños que padezcan por ejemplo
autismo, parálisis cerebral, síndrome de Dawn, hiperactividad, etc. y
también con niños en situación de riesgo, a nivel preventivo; en el campo
de la salud mental, con personas que padezcan depresión, ansiedad, problemas
de stress, trastorno de la alimentación, psicosis, etc.; un tercer campo es
el campo de la Geriatría, con personas mayores que tienen problemas
degenerativos, como el Alzheimer, Parkinson, Demencia Senil, enfermos
terminales, etc., actuando tanto de una manera preventiva como a nivel
terapéutico para seguir estimulando el cerebro y que las funciones cognitivas
no se deterioren; el último campo es el de la medicina, más hospitalario.
Aquí trabajamos con enfermos oncológicos, enfermos con problemas de dolor,
con personas que han de intervenirse quirúrgicamente, con personas de la UCI,
etc. Podemos decir que la musicoterapia, utilizada apropiadamente, puede
ayudar a una gran variedad de colectivos.
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Usted imparte en la actualidad charlas para el alivio del dolor mediante la
musicoterapia.
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Cuando utilizamos la música para aliviar el dolor, se persiguen tres
objetivos fundamentales. El primer objetivo es ayudar a promover estados de
relajación porque cuando una persona está con dolor, suele tensar
físicamente su organismo y se sabe, y está demostrado, que cuando hay
tensión aumenta el dolor. Por eso los médicos y profesionales recomiendan a
las personas siempre que hay dolor que hagan ejercicios de relajación y ahí
es cuando entra la música ya que se ha visto que en muchos casos puede ayudar
a conectar más fácilmente con las experiencias de relajación, ayudando a
lograr estos estados de una manera más rápida y profunda. Un segundo
objetivo es la distracción, ya que si se distrae la atención de la fuente
dolorosa o del estímulo doloroso, ayuda a que la persona ponga la atención
fuera de su cuerpo y focalice la atención en algo externo como es la música.
Si el musicoterapeuta consigue proponer o utilizar una música o una actividad
musical que sea agradable para la persona, que encaje, esto es muy importante,
y que le motive, con mucha probabilidad conseguiremos que la persona se centre
más en el estímulo musical ya que nuestra atención es selectiva y el dolor
pasa a un segundo plano. Es posible que el dolor siga siendo el mismo, pero la
persona lo vive de otra manera. El tercer objetivo terapéutico es utilizar la
música como instrumento de comunicación. Frecuentemente el hecho de tener
dolor modifica el estado de ánimo y suele ser frecuente hablar de dolor
crónico y depresión o dolor crónico y estados de irritabilidad. Es algo muy
natural cuando una persona lleva conviviendo con el dolor durante días, meses
o años. En las sesiones se ofrece una oportunidad para sacar emociones,
expresar frustraciones o tristeza y quejarse pudiendo así reconducir y seguir
la estrategia para afrontar ese dolor, controlar las emociones y la mente.
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Hay diferentes tipos de dolor ¿Varía la música en función de los mismos?
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Hay ciertamente diferentes tipos de dolor, y en categorías generales podemos
distinguir entre dolores agudos y crónicos. Normalmente, la música tiene un
mejor efecto en estos últimos ya que el dolor agudo surge de una manera
sorpresiva y utilizar la música en uno de estos momentos puede ser muy
invasivo ya que no conocemos de entrada al paciente y no conocemos sus gustos
musicales. En la musicoterapia utilizamos todo tipo de música, ya sea
rock,
tangos, baladas, ópera, etc. Cualquier tipo de música puede servir siempre y
cuando se ajuste a las preferencias musicales de la persona con la que
estamos. No podemos hablar de recetas musicales, no hay una farmacia musical.
Hay una tendencia en la sociedad actual de vender compact en los que dice que
es música para relajarse, música para dormir, música para el dolor o
música para dejar de fumar. Esto no es cierto porque no hay una
fundamentación científica en este aspecto. Esos compact no han sido testados
ni probados con una muestra de sujetos en los que se demuestre la función a
la que dicen estar destinados. Esto no funciona así porque cada persona tiene
sus gustos musicales, su momento personal de vida, su propia historia, y por
eso, no todos somos iguales. Hay personas a las que les gusta mucho la música
clásica y se relajan con ella, y por el contrario, también hay personas que
tienen aversión a este tipo de músico y no va a conseguir relajarse con ella
sino que se va a frustrar todavía más.
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Recientemente ha llevado a cabo un ciclo de charlas por La Rioja Baja para
explicar los beneficios de la musicoterapia.
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Con este ciclo hemos pretendido explicar que la musicoterapia puede llegar a
todo el mundo, a personas con diferentes tipos de problemas de salud, separar
problemas de tipo físico y emocional, de tipo cognitivo o mental y problemas
de tipo social y espiritual. Estas son las cinco dimensiones del ser humano en
las que entra la música. Hemos finalizado el ciclo en torno al tratamiento
del dolor en Alfaro, aunque previamente estuvimos en Calahorra.
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