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- TRADICIONES

- DOMINGO - 030208


SAN BLAS
 


La celebración de la festividad en honor a San Blas y la tradicional bendición del Gran Rosco donado por Félix Herce, de Panadería Mi Pan, abrió el incesante peregrinar de centenares de devotos que se acercaron hasta la Catedral para cumplir con la bendición de los dulces elaborados para la ocasión.

 

- Las raciones del gigantesco rosco donado por Mi Pan calentaron el ánimo en un día muy frío -

Coincidiendo en esta ocasión con la celebración de los carnavales, la festividad de San Blas volvió a reunir a calagurritanos y visitantes en la Catedral de Santa María para cumplir con la bendición de los roscos y dulces que llegaron incesantemente durante toda la jornada. La imagen de este anciano obispo de Sebaste, Turquia, anteriormente médico y consagrado con posterioridad, presidió cada una de las multitudinarias bendiciones que se celebraron tras la Misa de las 11 de la mañana en el Altar Mayor, una vez finalizadas las obras de restauración y de instalación de la calefacción del templo en la pasada primavera. A continuación, se procedió a la bendición del Gran Rosco que cada año ofrece la Panadería Mi Pan, con más de cien kilos de peso, de aproximadamente dos metros de longitud y del que se obtienen un número superior a mil raciones que son ordenadamente distribuidas por los voluntarios de la Asociación Amigos de la Catedral obteniendo unos donativos que son destinados a continuar las obras de restauración que acometen en una de las capillas de la Catedral. Una vez cumplida con esta tradición que ya camina por su undécimo año, la procesión continuó a lo largo de la jornada en la que se pudieron ver los típicos roscos adornados con numerosos dulces y con los nombres de sus portadores bien visibles para que fueran bañados por el agua bendita de este santo sanador, cuya leyenda se hizo famosa tras el episodio en el que San Blas, durante su martirio en el siglo IV, una mujer se abrió paso entre la muchedumbre para colocar delante de sus pies a su hijo agonizante debido a una espina de pescado que le había atravesado la garganta. San Blas puso sus manos sobre la cabeza del niño permaneciendo en oración durante unos instantes al cabo de los cuales el niño se incorporó completamente sano, siendo esta leyenda por la que se le invoca en los males de garganta mediante "San Blas bendito, que se ahoga este angelito".

 

- Bendecir el rosco individual es toda una tradición -

- Las familias acuden a la Catedral a la bendición de San Blas -

 


 

 
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