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Benigno Iglesias reúne en el día de su santo a una auténtica multitud de
amigos - |
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Arturo, ataviado de cocinero, distribuyó las ricas y abundantes viandas
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La gran fiesta
gallega en torno a la efeméride de Benigno Iglesias, el Xamoneiro, se ha
convertido ya en una cita ineludible para todos los amantes del buen
comer y del agradable trato con que obsequia Benigno a todos sus amigos,
desde hace ya más de diez años, cuando un pequeño grupo de amigos se
reunió en torno a un contundente cocido gallego, un grupo de amigos que
hoy en día ronda casi los doscientos comensales alrededor de la mesa.
Los preparativos, como en años anteriores, comenzaron dos días antes,
con la preparación de los ingredientes del cocido, elaborado como
siempre por el Chef Manolo: 50 kilos de ternera y de cerdo que incluyen
cerca de una docena de jamones delanteros, 15 cabezas de cerdo, casi
medio centenar de rabos, patas, orejas y costillares completos, todo
previamente durante el tiempo necesario y 140 chorizos elaborados en la
factoría de Benigno Iglesias. Además, las verduras, entre las que se
cuentan siempre con berzas, patatas, 20 kilos de alubias y 40 de
garbanzos. Como plato estrella de la cocina de Galicia, el pulpo traído
expresamente desde su tierra, elaborado por los pulpeiros logroñoses que
convirtieron este plato en el perfecto aperitivo de una gran fiesta,
todo ello regado con buen Riberio y Albariño, además de buenos Riojas.
Mientras todos esperaban la llegada del pulpo, realizado a la vieja
usanza en una olla de cobre, los participantes fueron abriendo el
apetito con un gran surtido de embutidos de xamón, chourizos y
salchichón elaborados en la propia fábrica de El Xamoneiro, y la
deliciosa empanada gallega que el anfitrión trae cada año expresamente
desde su pueblo natal O Corpiño. En torno a las dos y media de la tarde,
las puertas se cerraron para poder disfrutar todos juntos del gran
cocido, sirviéndose a los postres las Tartas de Haro, las Tellas de
Pradejón, etc.... Finalizada la fiesta gastronómica y ya en la
sobremesa, llegó la Queimada gallega elaborada con orujo de primera
calidad, azúcar, limón y granos de café a la vez que se entonaba el
Rianxeira con charanga incluida poniendo así el broche final a esta cita
que ya se ha convertido en una tradición de Calahorra.
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