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fielmente la recreación del Calvario y Muerte de Jesús no permite la
introducción de grandes novedades en las diversas escenas recreadas por
la agrupación del Paso Viviente calagurritano, a pesar de esto, cada año
miles de seguidores acompañan a los integrantes de la asociación a lo
largo del último kilómetro de la Avenida de Valvanera para presenciar de
nuevo la intensidad de la Pasión que aporta cada uno de los actores para
recrear estos hechos históricos que marcaron la historia de la
cristiandad. En torno a las nueve de la noche del Jueves Santo, el
pueblo aclamó la llegada de Jesús a la Última Cena en el escenario que
se reubicó el año pasado frente al colegio público de Quintiliano
permitiendo así un mejor visionado por parte del público situado a los
laterales del camino, que pudieron de nuevo vivir la institución del
Sacramento de la Eucaristía junto con la bendición de los dones del pan
y del vino. Una vez delatado por Judas y prendido por los romanos
mientras sus discípulos dormían, la VI Legión custodió al detenido hasta
el Tribunal de Sanedrín para ser juzgado, bajo la atenta mirada de
centenares de asistentes que no quisieron perderse la escena
desarrollada en el Silo, y a continuación por el Juzgado de Caifás que
convocó a sus miembros para decidir la tortura y muerte de Jesús frente
a la salvación de Barrabás mientras Herodes realiza su célebre gesto en
el que se lavó las manos. Condenado, el Hijo de Dios inicia su camino al
Calvario, portando la pesada cruz y la dolorosa corona de espinas
mientras es azotado y humillado por los crueles guardias, dando comienzo
así su Martirio. Recorriendo los últimos metros hacía su destino, el
Cirineo vuelve a portar la cruz de Jesús aliviando así un parte su dolor
mientras la Verónica enjuga su rostro, cerca ya del monte donde se
clavará su cruz junto con la de los dos ladrones condenados. Un
escenario que este año se ha visto modificado debido a las obras que
actualmente se están llevando a cabo en el entorno del Parque de la Era
Alta. Tras el arrepentimiento de Judas Iscariote, Jesús es clavado en la
cruz ante el emocionado silencio de la muchedumbre para finalizar con la
alegría de la Resurrección final del Hijo de Dios.
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