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LA ENTREVISTA

Javier Fernández Cascante

- Rector del Seminario de Burgos -

- Lo único definitivo es Dios.
Lo demás todo pasa -


 

 

 

    Al principio ocupar el cargo de rector me daba un poco de vértigo

 

 

 

 

 

 


El Obispo es muy positivo y muy animante. Y muy sobrenatural. Se le nota que quiere mucho al Señor y que desde ahí lo mira todo.

 

 

 


Mi pasión dominante es el estar con
los jóvenes trasmitiendo a Jesucristo. Aunque tengo una afición mayor: confesar, que es donde cada uno se encuentra de verdad con el Dios que es más auténtico: Misericordioso.

 

 

La Noticia ha entrevistado al sacerdote Javier Fernández Cascante en una visita reciente a su ciudad, Calahorra. Don Javier es actualmente Rector del Seminario de Burgos una gran responsabilidad que le mantiene en dicha localidad durante la mayor parte del año. Los que conocen a Don Javier saben que es una persona culta, inteligente, gran conversador, con innumerables anécdotas y vivencias en su haber y que conoce y sabe actuar especialmente bien con la gente joven. Le consultamos sobre sus nuevas responsabilidades y sobre la vida en general.

- ¿Cómo se decidió a ser sacerdote?
- Porque vi la alegría que tenían los que se habían ordenado curas. Nunca había visto y había notado una alegría semejante, aunque la verdad es que yo creo que Dios me había preparado mucho tiempo antes poniéndome en una familia donde lo primero era Dios. Y también con un colegio donde cultivaron en mí todas esas virtudes que hacen falta para poder decir a Dios que sí. (Los Manitos: los Misioneros del Espíritu Sto.), y porque iba a la adoración nocturna. Y porque teníamos un grupo juvenil con un ambiente bueno donde no había especiales dificultades para ser buenos chavales. Y porque... ¡tenia que ser así, vaya!
- Pero curiosamente hay gente que ha pasado también por este tipo de colegios y piensan y viven justo al revés. ¿Por qué han tenido tan mala fama los sacerdotes maestros de antaño?
- A mi me vino muy bien y sé que mucha gente actualmente sale muy bien y con bastante madurez en su fe. Si no que le pregunten a muchos alumnos de los que he tenido... o por lo menos eso dicen.
- Le ordenó el Papa Juan Pablo II en Valencia ¿Qué fue lo que más le impresionó de aquel acto?
- La paz que el Papa trasmitía. Yo estaba, como es lógico, algo nervioso, (no demasiado). Había estado lloviendo toda la noche...y aquello era todo inusual. Pero cuando el Papa me impuso las manos sentí una paz tan profunda que nunca jamás se me ha ido. Cuando a veces me agobio, me acuerdo de ese instante y recupero la serenidad y la confianza. Además el Papa se apoyaba literalmente en mí. Echaba su peso sobre mí y sentí el "peso" de la Iglesia
- Durante estos 26 años de sacerdocio ha asumido diferentes responsabilidades.
- Fui cura rural durante 10 años. Allí en los pueblos aprendí "humanidad". Después fui vicario en San Andrés, con D. Amancio y con D. Ángel de Vicente. Allí aprendí a organizar una catequesis y cómo es la vida pastoral de una parroquia. Después estuve en la Curia de Calahorra de Notario, allí aprendí la organización diocesana y el "papeleo" -que de todo hace falta para que las cosas funcionen-. Luego estuve en los Mártires, y allí me desarrollé como cura mas maduro y con otras organizaciones de la Iglesia y vi la riqueza de los muchos modos que tiene la Iglesia para desarrollar la fe. También en todo momento he estado en el mundo de las cofradías con la de los Santos Mártires y con la Cofradía de la Vera Cruz.
- ¿Cuál de todas ha sido la que más le ha gustado?
- Mi pasión dominante es el estar con los jóvenes trasmitiendo a Jesucristo. Aunque tengo una afición mayor: confesar, que es donde cada uno se encuentra de verdad con el Dios que es más auténtico: Misericordioso.
- ¿Por qué esa común aversión a confesarse?
- Porque no le gusta a nadie humillarse y decir que ha hecho mal cosas concretas. Pero por otro lado la gente tiene que ir a los psicólogos para que les ayuden a sacar lo que tapan y no son capaces de asumir; pero sobre todo porque no hemos tenido la experiencia del Perdón y así nos va: destrozándonos porque no somos capaces de perdonarnos a nosotros mismos y no queremos ni mirar que somos culpables. No asumimos que hacemos el mal. Pero hay mucha gente que se confiesa. Mucha gente joven que lo hace con toda normalidad. Claro, no lo van diciendo por la ronda o en sus declaraciones. Bueno, a varios conozco que lo dicen y se quedan tan campantes y cuando se lo dicen a un amigo afirman: "y si no te gusta ...pues...peor pa ti"
- A los chicos que dirige en su vida espiritual los llama sus hijos ¿Por qué?
- Pues porque los quiero mucho. No sé cómo un padre puede querer a sus hijos, pero dudo que los quieran más que yo y sobre todo porque veo cómo ha ido creciendo una Vida que es mas grande aún que la vida material. Y porque me siento muy querido por ellos. Me cuidan... de veras. Y porque lo
dijo el Señor que quien por Él dejase hijos o casa o padres o tierra tendría 100 veces más en este mundo y luego la vida eterna. Y es verdad. Cuando en las bodas de plata me hicieron estos hijos un festejo se reunieron más de un centenar de ellos. ¡A ver quién tiene más de 100 hijos! ¡Los 100.000 hijos de San Luis!
- Ocupa el cargo de Rector de un Seminario.
- Desde principios del curso pasado.
- ¿Por qué cree que el obispo le ha elegido a usted?
- Eso si que es un misterio para mi. Creo que por estar cerca de la gente joven. Y por saber como son. Eso creo.
- Al principio nos confesaba que le daba un poco de vértigo. ¿Cómo ve esta labor tras un año?
- Pues si...cada día me da más vértigo. Me cuesta mandar. Y aquí hay que estar todo el día así. Desde aféitate, ponte los zapatos, cómetelo todo... hasta qué te pasa en el fondo del alma y cuál es el amor de tu corazón. Además hay que animar la pastoral vocacional. O sea tengo que hacer que muchos chavales vengan al seminario. Provocar la pregunta en muchos: ¿Debo ser cura? y además estamos en tiempos más complejos (todos lo han sido) pero cuando yo fui al seminario había cosas que ni nos las olíamos. No había los problemas "añadidos" que ahora tiene un chaval. Y había cosas que socialmente estaban dadas.
- ¿Cuáles son esos problemas añadidos?
- El individualismo que ha creado el posmodernismo. La corriente de sensualidad que todo lo impregna, el pansexualismo, el consumo de drogas socialmente admitido, la vida cómoda como el mayor desarrollo de la persona. La falta de profundización... Pero también es verdad que cada uno tiene las dificultades que puede sobrellevar si se deja guiar por Dios. Y tendrán que ser curas de esta época. Que es la mejor que tenemos.
- ¿Por qué está el seminario en Burgos?
- Porque los seminaristas van a clase a un seminario ya establecido donde se tiene la ESO y bachillerato. Nosotros en La Rioja no tenemos los suficientes seminaristas para "montar" un colegio sólo para ellos. Además necesitan otros chavales de referencia para desarrollar su vocación y esto está ya montado en Burgos. Y para los mayores, es decir, los que ya han acabado bachillerato y quieren seguir, tenemos la Facultad de Teología donde estudian lo necesario para ser curas
-¿Por qué hay tan pocas vocaciones? ¿Mejor pocos pero buenos?
- No... mejor muchos buenos que pocos malos. Vocaciones las hay. Parece que el mapa vocacional se ha desplazado. Lugares que eran antes poco fructíferos ahora tiene muchas vocaciones. El norte de España, que era un lugar bueno, ahora hay menos... El número de las vocaciones en el mundo ha crecido. La Iglesia es grande y no es para hoy solo. Yo espero que aquí superemos esa "crisis" de crecimiento.
- ¿Por qué son necesarios los curas?
- Porque sin Dios no hay nada y aunque se puede llegar a Dios sin curas, Dios ha querido hacerlo por ese medio. Sin Eucaristía no hay Iglesia. Sin sacramentos no se da la Gracia. Y tiene que haber personas que nos prediquen y que se dediquen a ello con alma y vida y toda la jornada.
- ¿Por dónde hay que empezar?
- Empezar porque los jóvenes y niños vean en sí mismos la necesidad de un cura.
- ¿Qué tiene que hacer un chico que tenga esa inquietud por dedicarse a Dios en cuerpo y alma?
- Hacerlo. O sea hablar con un cura y venirse al seminario.
-¿Se puede ir al seminario "a probar" si uno no sabe muy bien si quiere o no quiere?
- A mi me preguntaron cuando me vine al seminario de chaval: "¿Te lo habrás pensado mucho?" Y les dije: "Me lo he pensado lo justo, porque si lo pienso mucho, no me voy". Hay que lanzarse sin paracaídas. Dios Te recoge siempre.
- Por su actual trabajo, está en contacto permanente con el Obispo y lo conoce bien ¿Qué tiene Don Juan José Omeya que cae tan bien?
- Que es encantador. Y nos comprende muy bien. Y muy positivo y muy animante. Y muy sobrenatural. Se le nota que quiere mucho al Señor y que desde ahí lo mira todo.
- Se acerca la navidad. Hay mucha gente que en esta época del año entristece, se deprime.
- Sí... Nos explotan el sentimentalismo comercialmente hablando. Pero también es porque recordar da melancolía. Ves cómo la vida se pasa. Pero lo importante es que Dios se ha hecho uno de nosotros para sufrir con nosotros. Una vez me quedé en uno de los pueblos la noche de Navidad, después de la Misa del Gallo, sólo, en la iglesia y lo único que lucía era la lamparilla del Sagrario y allí me di cuenta lo que era la verdadera Navidad: frío, soledad... pero Dios con nosotros: y ¡que bien! Nos hemos hecho familia de Dios.
- Para terminar: Usted es un gran aficionado a la música recomiende una buena canción.
- Siempre hay algunas pero voy cambiando. Ahora estoy con una canción de ¡¡¡Marea!!! "No quiero ser un poeta"; pero mi canción.... es Rayando el sol de Maná. (Como sepan los de Marea que rezo con sus canciones....)
- Una película:
- Una noche en la opera de los Hermanos Marx o el Gatopardo.
- Un libro
- Tantos. Nuestro Padre San Damián y el obispo leproso de Gabriel Miró, pero no sabría decidirme por otros... lo único definitivo es Dios. Lo demás todo pasa.

 
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