"A la conclusión a la que llego es que no es que a
los jóvenes no les guste la música tradicional, sino que no la conocen"
Hay paneles que hablan
del ciclo vital, desde el nacimiento hasta la muerte y duelo, después se habla
del calendario hebreo, del Shabat y de la gastronomía
La cultura judía no
ocupa el hueco que le corresponde en España porque hay un gran antisemitismo y
los medios lo encienden porque la política de Israel no tiene nada que ver con
la cultura de un pueblo
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Desde sus
inicios, este vallisoletano ha interpretado la Música Tradicional de
Castilla y León, aunque en sus recitales deja entrever que le gusta
interpretar ritmos de la Cultura Musical Ibérica. En 1980 fundó La Bazanca,
grupo que utiliza instrumentos heredados de la Tradición Musical Castellana.
Además, como solista es uno de los mayores exponentes en Música Judeo-Española
a nivel internacional, llegando incluso a ser condecorado por las
autoridades sefardíes (ANL) por su esfuerzo en la difusión de su Música y su
Cultura.
Paco
Díez es el comisario de la exposición "Armonías de azul y ocre. Ritmo vital
y festivo sefardí", que comenzó en Córdoba, continuó en Tudela y estará
rodando en los próximos dos o tres años por otras ciudades de la red de
juderías como son Segovia, Oviedo y León. Las exposiciones anteriores han
tenido una gran aceptación, de hecho en Tudela ha pasado casi toda la
ciudad, y se espera que en Calahorra, donde estará expuesta hasta el 19 de
abril, tenga la misma aceptación.
- ¿Cómo comenzó a interpretar la música tradicional?
- Escuchando a gente mayor cantar y los primeros grupos que ya empezaban a
aparecer y después en 1980 creamos La Bazanca. 30 años después preparamos
con el Ayuntamiento de Córdoba esta exposición porque yo aprecio muchísimo
el mundo sefardita por lo que tiene de pueblo ibérico.
- El título de la exposición es muy poético, ¿Qué describe realmente?
- Armonía significa la música y la convivencia; el azul es el mediterráneo,
mar alrededor del cual se establecieron los sefarditas expulsados; y el ocre
es la parte de las tierras del interior, donde también se asentaron.
- ¿Qué destacaría de la exposición?
- Que es muy didáctica. Hemos utilizado siempre que hemos podido los números
místicos hebreos como son el 3, el 7 y el 13, que es signo de buena suerte
para la cultura judía. Hay paneles enrollables que van hablando del ciclo
vital, desde el nacimiento hasta la muerte y duelo, después se habla del
calendario hebreo, del Shabat y de la gastronomía.
- También hay un audiovisual.
- Se proyecta al final de las visitas y tiene una duración de 25 minutos,
durante los cuales aparecen vídeos grabados de forma doméstica con personas
mayores que demuestran la enorme relación que hay entre su forma de cantar y
la nuestra. Muestra cómo han mantenido los temas o melodías que se llevaron
de aquí.
- Además, se muestran varias prendas, ¿qué tienen de especial?
- Son prendas en el ciclo vital y completan los primeros paneles. Se muestra
el ajuar que preparaban para los niños cuando nacían, las fajas, camisicas,
sábanas, fundas de almohada y mantelicos que se preparaban para la boda.
También hay camisones, una falda de cama de parida de cuatro metros de seda
y bordada con hilos de oro porque durante la cuarentena, después del parto,
se recibían allí a los familiares y amigos. Todas las prendas me han sido
donadas por amigos israelíes o cuyas familias sefarditas vienen de Turquía y
de Balcanes.
- También imparte conciertos didácticos, ¿En qué consisten exactamente?
- El que hice en Calahorra lo orientamos a los instrumentos que había hasta
finales del s.XV, cuando los sefarditas vivían en España, aunque lo
completamos con algunos más actuales. Y en el que hice para los escolares en
el Teatro Ideal, seguí una clasificación orientada hacia instrumentos
tradicionales, los clasifiqué por la fuente del sonido y les fui mostrando
física y acústicamente 50 instrumentos que llevaba conmigo y les hice
colaborar. A la conclusión a la que llego es que no es que a los jóvenes no
les guste la música tradicional, sino que no la conocen; por lo que
considero una gran iniciativa que el Ayuntamiento de Calahorra haya llevado
esta música a los escolares.
- ¿Qué características especiales tiene la música sefardita?
- Es muy similar a la nuestra, aunque hay algunos instrumentos expuestos que
completan la exposición como el "Kanum", "Kumbus"·, "Campanitas de dedo", el
cuerno ritual hebreo y unos cuantos membranófonos, entre otros. Son los
mismos instrumentos que hay en todos los países que recibieron a los
sefarditas tras la expulsión de España, aunque lo más común era cantar a
viva voz o utilizando una cuchara contra una botella cuando había fiesta o
una reunión familiar. En el caso del romancero, ellos lo han mantenido de
forma más fresca y natural que nosotros porque lo han tomado como signo
diferenciador respecto a los lugares a donde llegaron tras la expulsión.
- ¿Tiene predilección por alguno de los instrumentos?
- Me gusta mucho el Kanum, aunque yo no lo toco; y de los que toco me gustan
las panderetas o panderos. Pero el Kanum es el que más me gusta, de hecho en
la exposición hay uno que es un buen instrumento de colección que viene de
Alejandría, de Egipto; además, yo creo que es el que más llamará la
atención. Aunque hay instrumentos muy bonitos como el Oud, que viene de
Jerusalén.
- ¿Cuál es el que presenta una mayor dificultad a la hora de tocarlo?
¿Cuál es el más valioso?
-Yo creo que el más difícil de tocar es el Kanum porque tiene muchas cuerdas
y es un instrumento complicado. Los más valiosos son cualquiera de los dos
laúdes y el Kanum también.
- ¿Qué materiales se usaban para construir estos instrumentos?
- Madera, cuerda, tripa para las cuerdas y algo de metal. En el caso de las
panderetas o panderos, madera y piel.
- Hay instrumentos Kosher.
- Sí, es un cuerno ritual que es apto para la liturgia en la sinagoga, que
ha sido supervisado por el rabino. Todo lo Kosher, tanto en la comida como
en la dietética, tiene que ser supervisado; de hecho, no se puede comer todo
tipo de pez o de carne y todo lo que se coma tiene que haber sido
sacrificado de una manera determinada tratando que el animal sufra lo menos
posible. En el caso del cuerno, es un acto ritual para consagrarlo y hay
rabinos que están autorizados para consagrar o sacrificar ese cuerno para
que pueda ser usado para los
ritos en la sinagoga.
- ¿Cuál es su relación con la cultura judía?
- Yo no soy judío, pero tengo muy buena relación con muchas comunidades
sefarditas porque tenemos que agradecer que alguien que fue expulsado hace
500 años, haya mantenido nuestra música y lengua como oro en paño. Además,
siempre me han tratado maravillosamente en las comunidades sefarditas, tengo
grandes amigos y ahora voy a finales de mayo a Israel invitado por la mayor
autoridad cultural sefardita para el aniversario de una revista editada en
ladino, que es la lengua judeo-española de oriente. También he sido
condecorado por las autoridades sefarditas por mi trabajo y empeño en
difundir en la cultura sefardita porque es fundamental en la cultura
ibérica.
-¿Qué tiene la cultura sefardita que le haga apreciarla tanto?
- Que vienen de España y Portugal, que tienen una forma de ser muy similar a
la nuestra y que creo que muchos judíos se convirtieron y se quedaron, por
lo que ha seguido su espíritu y mentalidad en España.
- ¿Se siguen manteniendo la costumbres que se muestran en la exposición?
- Sí, pero al igual que las nuestras van remitiendo con la globalización y
uniformización de todo, las suyas también. La gente que conoce esas
tradiciones y las sigue manteniendo es gente mayor y que algún día morirá y
se perderán porque ya no se llevan a cabo como se llevaban anteriormente en
esas comunidades.
- La exposición se basa en un mapa tras la salida de los judíos de España
- Se asentaron por toda la cuenca mediterránea y por los Balcanes. Algunos
salieron desde Portugal, donde se asentaron hasta que en 1947 el Rey
portugués los expulsó, lo que les hizo que fueran para Inglaterra, Países
Bajos y Centroeuropa. Y allí fueron asimilados por las comunidades judías
que estaban asentadas anteriormente y que no eran de origen sefardí, sino "askenazi",
que son los otros.
- ¿Considera que los españoles conocen la cultura judía?
- Yo creo que muchos han oído la palabra sefardí, pero no la conocen. Yo les
animaría a que indagaran y se animaran a conocer más la música sefardí
porque es una parte importante de nuestras raíces y no hay que olvidar que
una parte de lo que somos es judía, otra árabe, otra cristiana... Es muy
importante en nuestras tradiciones y nuestra música, otra cosa es que se
hable de la convivencia de antaño, que no fue una balsa de aceite, pero la
riqueza cultural que produjo ese crisol de culturas es algo que hay que
conocer.
- Como dice, la cultura española es un mosaico de otras culturas,
¿considera que la cultura judía ocupa el lugar que le corresponde?
- No. Hay un gran antisemitismo y muchas veces son los medios los que se
encargan de encenderlo porque la política de Israel no tiene nada que ver
con la cultura de un pueblo y eso no se separa y hace mucho daño a la
cultura judía y a la sefardita. Esto nos hace pensar que todos los árabes
son integristas y que todos los judíos quieren estar en guerra, hay que
separar la cultura de un pueblo de la política de un Estado. Deberíamos ser
personas de criterios abiertos, viajar y conocer para poder contrastar y
aprender porque hay mucha gente que dice lo que sabe y no sabe lo que dice.
- Calahorra ha entrado a formar parte de la Red Nacional de Juderías, ¿ve
tradición judía en la ciudad?
- Me encanta Calahorra, yo creo que me voy a empadronar un día de estos
porque siempre nos han tratado muy bien. Empecé en Calahorra por la
Asociación de Amigos de la Historia, pero después seguí con la Concejalía de
Cultura, que lleva José Ibáñez. Aunque, Calahorra entró tarde en la Red de
Juderías, el barrio donde estaba la antigua judería y esas calles estrechas
tiene un toque judío y árabe de las culturas que pasaron por nuestro país y
que se asentaron en lugares como Calahorra y Tudela por la riqueza de la
tierra, por la huerta y por el clima e hicieron que fuera un cruce de
caminos obligado entre culturas.
- Ha interpretado numerosos conciertos en el extranjero, ¿considera que
ha tenido más éxito fuera de España?
- En un momento dado sí, pero poco a poco estoy recogiendo los frutos de mi
trabajo porque lo que muchos organizadores van buscando es gente que
comunique y transmita y yo tengo ese don.
- ¿Cuántos discos ha publicado ya?
- Catorce, aunque algunos han tenido más éxito que otros. Pero no busco el
éxito a nivel comercial, sino el éxito de la gente atraída por la música
tradicional. Nuestros discos no nos permiten vivir de ello, porque van
dirigidos a un público minoritario pero fiel, lo que nos honra y halaga.
Nuestros discos son cartas de visita que nos permiten utilizarlos como
tarjetas para ofertar y proponer nuestros espectáculos.
- Ha recibido numerosas distinciones por su trabajo.
- Con el reconocimiento del público me vale. En Castilla y León no me siento
bien tratado por la Junta, pero en Valladolid me siento apreciado por los
responsables provinciales. En mi pueblo, Piñel de Abajo, hace cuatro años le
dieron mi nombre a un Centro Cívico, lo que fue un honor para mi. Y hace dos
años, hubo un congreso sobre cultura y música sefardí en Miranda de Ebro y
las autoridades nacionales de la cultura judeo-española me dieron la medalla
oficial en recompensa a la tarea de difusión de mi trabajo en pro de la
música sefardita. Pero lo más importante es el reconocimiento de los
chavales; por ejemplo, en el Teatro de Calahorra me dijo un chico “gracias
Paco” y eso es lo más bonito.
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