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LA ENTREVISTA

Alfredo Amesti

- Misionero en Perú -

- Mi mayor logro ha sido que en el curso de industria y calzado me he quedado sin alumnos al final del año porque todos se habían colocado -


 

 

 

 

 

 

 

Hemos construido algunos centros comunitarios para ayudar a la comunidad, para que se puedan organizar y gestionar ellos mismos

 

 

 

 

 

 

 


Tenemos ayudas,
pero muchas veces las instituciones, como tienen tanta demanda, ponen las cosas difíciles para acceder a esas ayudas

 

 

 

 

 

 

 


Destacaría que ellos, con un simple plato de arroz o de alubias te sonríen dándote las gracias porque le has dado de comer ese día

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Alfredo Amesti ha colaborado durante seis años con una ONG Carmelita en Lima (Perú), aunque su organización lleva haciéndolo desde hace ocho años. Recientemente ha regresado a España con el objetivo de presentar algunos proyectos nuevos en La Rioja y Cantabria para obtener fondos y poder mantener los talleres formativos y centros comunitarios que han creado. Además, están colaborando en la ciudad de Ica para ayudarles a salir adelante tras el fuerte terremoto que sufrieron en 2007.

La ONG de los Carmelitas colabora con Calawi, organización solidaria de Calahorra que lleva a cabo diferentes actuaciones para lograr la financiación de sus proyectos. A través de las actividades que realizan se trata de concienciar a la ciudadanía sobre los problemas que existen en otras zonas del mundo y ayudan a voluntarios como Alfredo Amesti para que puedan desempeñar su labor solidaria tanto en Argelia como en América.
- Ahora mismo colabora con la ONG de los Carmelitas en Perú.
- Sí. Gracias a la ayuda de las instituciones públicas estamos trabajando en tres diferentes centros comunitarios en tres líneas básicas: la infancia, con guardería y comedor; con los jóvenes, con talleres formativos; y con mujeres mediante talleres de manualidades y gestiones para que puedan salir adelante porque allí hay mucho machismo y muchas veces las mujeres son las únicas que sacan adelante el hogar.
- ¿Cuántos años lleva trabajando en Perú?
- He estado en Perú seis años, pero la ONG lleva funcionando 8 años. Ahora he regresado a España para buscar la ayuda para esta y para otras ONG de las Carmelitas para poder hacer trabajos sociales a través de las instituciones.
- ¿Cuándo volverá a Perú?
- Ahora voy a ir de visita durante unos meses para supervisar lo que hay y unos proyectos que están naciendo. Pero de momento, para quedarme allí no.
- ¿Cómo nació esta iniciativa?
- Yo soy Carmelita, entonces se me presentó la posibilidad de irme a trabajar con la ONG en la parroquia de los Carmelitas, que dentro de Lima abarca unos 40.000 habitantes y lleva desde 1927 trabajando a nivel religioso y también a nivel social. Pasé directamente de la formación al Perú.
- ¿Qué proyectos se han realizado ya?
- Hemos construido algunos centros comunitarios y con ellos desarrollamos esa labor en jóvenes y adultos. Además, utilizamos el centro para ayudar a la comunidad, para que se puedan organizar y gestionarse ellos mismos.
- ¿Qué programas se están llevando a cabo con los niños?
- Tenemos unos 100 niños en los diferentes centros y les damos una comida, les acompañamos en su etapa de crecimiento. Han sido elegidos porque proceden de hogares desestabilizados o por problemas de nutrición. Lo que hacemos es darles el alimento, hacerles un seguimiento nutricional y psicológico y les damos el servicio de guardería. Además, se trabaja con los padres con talleres para ayudarles a formarse sobre cómo cuidar a sus hijos, etc.
- Y para los jóvenes, ¿qué talleres se ofrecen?
- Tenemos talleres de teatro, de música, de formación humana, un taller de confección de vestido, de calzado. Y para los más jóvenes existe un espacio de biblioteca y ludoteca para que se puedan socializar.
- ¿Y para las mujeres?
- Hay talleres de manualidades, de confección de vestidos, de calzado, perlería, repostería. Y también llevamos a cabo dinámicas de grupo y liderazgo para que puedan formarse mejor.
- ¿Cómo se financia esta ONG?
- Tenemos la ayuda de las instituciones políticas, municipales y regionales que presentan convocatorias y nosotros les ofrecemos proyectos. Además, contamos con socios colaboradores que son apadrinados y algunos donativos que recibimos de vez en cuando.
- ¿Considera que tienen facilidades para llevar a cabo las iniciativas?
- Tenemos ayudas, pero muchas veces las instituciones, como tienen tanta demanda, ponen las cosas difíciles para acceder a esas ayudas. Aunque, ante la demanda hay que hacer una selección.
- ¿Existe concienciación entre la ciudadanía sobre la necesidad de ayudar a países necesitados?
- Yo creo que hasta ahora existía un cierto conocimiento y un cierto deseo de ayudar porque se ve que hay zonas y países en el mundo que no tienen tanto nivel económico y el bienestar que tenemos nosotros, pero actualmente se está viendo la necesidad de ayudar aquí porque hay muchos inmigrantes y muchos parados. Por ejemplo, en Calahorra, Calawi y las otras cuatro ONG´s que hay se encargan de sensibilizar a la ciudadanía con las actividades y proyectos que realizan. Es una forma muy buena de mantener viva esa ilusión para poder ayudar a otros.
- ¿Cuál ha sido su mayor logro como colaborador en este tipo de organizaciones?
- En estos últimos cuatro años hemos creado este curso de la industria del vestido y del calzado y mi mayor logro ha sido que a final de año me he quedado sin alumnos porque todos se han colocado. Se suponía que el curso continuaba al año siguiente, pero hemos tenido que empezar varias veces de cero porque las mujeres y los jóvenes han encontrado un puesto de trabajo. Ese es el mayor logro, hay que formarles para que tengan después un recurso y poder sobrevivir. Suelen acudir unos 15 ó 20, pero como hay tantos cursos podemos estar moviendo a unas 250 personas en los diferentes centros.
- ¿Ha visto truncada alguna iniciativa de las que ha tratado de llevar a cabo?
- Muchas veces se tienen ganas de hacer cosas y no se llega a todo, ya sea por recursos humanos o económicos. Además, a veces uno va con criterios europeos y se encuentra con que aquello es muy diferente porque aunque hemos brindado determinadas iniciativas que no han tenido su eco o repercusión porque necesitaban el tiempo para buscar recursos para poder comer. Y claro, uno dice me esfuerzo y no encuentro; pero yo tengo una prioridad y para ellos es otra. La mayor decepción es que se pueden hacer muchas cosas, pero que no se llega a todo.
- Desde los gobiernos a los que se ofrece ayuda ¿Se apoyan este tipo de iniciativas?
- Existe cierto interés, pero también hay mucho control y a veces parece que ese control es un desinterés porque en muchas ocasiones se ponen demasiadas trabas para poder hacer cosas. Pero una vez que se cumplen ciertas normas o requisitos no hay mayor problema. Uno podría pensar que basta que llegue alguien para ayudar se abren todas las puertas, pero supongo que a lo largo de tantos años se habrán encontrado con muchas personas que se han aprovechado de esa buena voluntad y por ello han puesto tantas trabas o limitaciones burocráticas.
- ¿Qué destacaría de su experiencia?
- Hay muchas cosas, pero quizá sea esa palabra de “gracias” que aquí muchas veces no decimos porque lo consideramos tan corriente. Ellos, con un simple plato de arroz o de alubias te sonríen dándote las gracias porque le has dado de comer ese día.
- ¿Tienen nuevos proyectos actualmente?
- Hemos presentado alguno al Gobierno de La Rioja, junto con Calawi. Seguimos apoyando la ciudad de Ica a raíz del terremoto de 2007 y hay proyectos de reconstruir un dispensario médico. Tenemos en mente poder proyectar el centro comunitario también a Ica y no tenerlo solamente en Lima. Desde el terremoto hemos dado comida a unos 900 niños y a 1000 niños se les ha otorgado el material escolar y el uniforme para poder ir al colegio. Este año hemos presentado un proyecto en La Rioja y otro en Cantabria para poder tratar de que mejore la situación de esas personas en Perú.
- Entonces, ¿Su prioridad sería construir ese centro comunitario?
- No, porque todavía hay familias que viven en condiciones precarias. Pero mi sueño sí que es poder hacer esto en un futuro muy lejano.
- ¿Cómo financian estos proyectos?
- Es variable, depende de la aprobación de los proyectos. Vamos construyendo en la medida en que se aprueban los proyectos o nos dan subvenciones, no tenemos fondos porque todo lo que recibimos, lo invertimos. En 2008 contamos con 120.000 euros y lo utilizamos para mantener esas actividades y poder pagar los materiales y a las personas que las realizan, que no son voluntarios. No realizamos proyectos de actuación puntual, siempre es el mismo aunque se añaden algunas variaciones.
- Al volver a España, ¿qué es lo que más le ha llamado la atención?
- Para nosotros hay muchas cosas que las consideramos obvias y para ellos no lo son, como por ejemplo el agua, las calles asfaltadas, etc. Nosotros enseguida nos quejamos. Pero principalmente me llama la atención la comida porque aquí la tenemos en abundancia y siempre queremos más, pero allí con lo mínimo salen adelante, de hecho con 0,25 euros podemos dar la comida para un niño de 3 ó 5 años.

 
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