"Les asesoramos
sobre los especialistas a los que se tienen que dirigir teniendo en cuenta las
necesidades de cada familia"
"El tratamiento tiene que abordar tanto
al niño como aportar formación a la familia y al profesorado"
"Es fundamental que el profesorado
esté muy bien entrenado para resolver esos problemas
en el aula"
"Ellos quieren hacer las cosas bien, pero no pueden y como el resto no les
entiende, crecen con un autoestima bajísima"
|
ARPANIH es
la Asociación Riojana de Padres de Niños Hiperactivos. El sábado 20 de junio
realizó una exhibición de baile en Calahorra para concienciar a la población
de la existencia de este problema y obtener fondos para financiar algunos de
sus proyectos. Este trastorno puede crear problemas de baja autoestima o de
depresión en la adolescencia si los profesores y padres no lo tratan
adecuadamente, ya que estos niños tienden a sentirse excluidos bien por ser
hiperactivos o por ser excesivamente pasivos.
Carmen Meroño colabora con esta asociación para dar a conocer este trastorno
que sufren uno o dos niños por aula y sobre el cual hay un gran
desconocimiento. Desde ARPANIH pretenden asesorar a las familias que tengan
un hijo con este problema para que tomen las decisiones más acertadas, ya
que esto marcará la vida de su hijo.
- ¿Cuántos niños hiperactivos existen en La Rioja?
- No hemos hecho un cálculo exacto, pero hay igual que en cualquier otra
parte de España. Se cree que hay entre un 3 ó 5% de la población infantil en
edad escolar, aproximádamente uno o dos niños por
aula. La verdad es que nos choca que desde la administración no se le dé la
importancia que tiene. Creo que hay poca conciencia social del problema real
porque cuando pensamos en un niño hiperactivo pensamos en un niño movido,
travieso, espontáneo..., pero detrás hay un problema muy grande para el niño
y para la familia. Es muy duro, para la familia es duro vivir el día a día y
enfrentarse a los problemas derivados del trastorno. El trastorno en sí es
un trastorno leve, el problema está en que si no se interviene
adecuadamente, tanto en el ámbito educativo como en el ámbito social y
familiar, toma unas dimensiones importantes y tiene repercusiones, en
algunos casos, muy importantes.
- ¿Qué servicios ofrece la asociación?
- Lo que hacemos es asesorar e informar a los afectados porque sí que hay
mucha información clínica y científica, que es correcta, pero muchas veces
se leen cosas en la red y se acaba confundiendo a las personas. Lo que
hacemos es asesorarles sobre los especialistas a los que se tienen que
dirigir teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada familia. En
cuanto a los chavales, tenemos un taller de habilidades sociales en el que
se desarrollan a través del juego y de la psicomotricidad, quizá este taller
está más dirigido a chavales pequeños. Además, trabajamos con un gabinete de
psicólogos que hacen las intervenciones psicopedagógicas individuales. Y
para las familias, hacemos grupos de ayuda mutua para que puedan compartir
sus experiencias con otros padres que están pasando por las mismas
situaciones y lo cierto es que es bastante enriquecedor. A través de la
escuela de padres aprendemos a enfrentarnos a las situaciones que vivimos en
casa cada día.
- ¿Cómo se puede detectar la hiperactividad en un niño?
- Nosotros no tenemos ningún afán de crear alarmismo porque no todo el niño
que se mueva será hiperactivo y tampoco pretendemos que se utilice este
término de forma generalizada porque hace daño a las personas que lo padecen
porque no se le da la importancia que realmente tiene el trastorno. Se
considera que es un niño hiperactivo cuando la cantidad de movimiento es
mayor de lo normal e inadecuada, cuando su déficit de atención es tan
importante que le crea problemas de rendimiento escolar, cuando un niño
pierde constantemente materiales... Son conductas "normales" en la infancia,
pero cuando se da con más frecuencia e intensidad de lo habitual y crea un
problema en el niño es cuando se empieza a sospechar que hay un trastorno en
el niño y se debe consultar a los especialistas.
- ¿Cómo se debe reaccionar o a dónde se tiene que acudir cuando se cree
que el niño sufre este trastorno ?
- Hace años, cuando no se sabía mucho del tema, cuando ibas a la consulta
del pediatra lo que veía era una madre histérica y un niño movido y
gracioso. El problema se veía en la madre, que se le veía con estrés y eso
afectaba al niño. Entonces, cuando una madre ve que algo no va bien, que el
niño no sabe esperar su turno, recibe quejas continuas de la profesora o
cosas similares, lo que se debe hacer es acudir al pediatra, que ahora sí
que hace una primera valoración y si lo cree necesario te envía al
especialista, al neuropediatra o al psiquiatra infantil. También es cierto
que desde los colegios se puede detectar a través de los psicólogos
escolares o los orientadores.
- ¿Qué tratamiento siguen los niños que sufren este trastorno?
- El tratamiento más adecuado para estos casos es un tratamiento multimodal,
que abarca tres partes importantes: la farmacológica, que no todos la
necesitan y si la necesitaran la pautará el especialista médico; también
existe el tratamiento psicopedagógico, que siempre acompaña al farmacológico
y que lo llevan a cabo los psicólogos o los psicopedagogos que ofrecen una
atención más individualizada; y por último, la formación y el entrenamiento
de la familia, aunque sería ideal que también lo hicieran los profesores. Es
decir, el tratamiento tiene que abordar tanto al niño, farmacológica y
psicológicamente, y aportar formación a la familia y al profesorado para que
la formación sea realmente satisfactoria.
- ¿Suelen tener problemas para relacionarse con su compañeros de clase?
- Sí, hay un abanico muy amplio porque dentro de que padezcan el mismo
trastorno también entra en juego el carácter y temperamento de una persona
porque hay niños que son muy pasivos, que no molestan, que están perdidos y
sufren una marginación por parte de sus compañeros porque nunca se enteran
de nada, si se ponen a jugar al fútbol son capaces de meter el gol en su
propia portería. Además, son más inmaduros, más infantiles. Aunque también
está el niño que es muy impulsivo, que molesta, que incordia, que tacha el
trabajo al compañero y como son muy molestos, son rechazados. Sí que es
cierto que hay chavales que se integran bien, pero eso depende del grupo y
del trabajo que lleven a cabo los profesores. Nosotros hemos visto casos de
profesores que se han preocupado de integrar al chaval y que están
totalmente integrados en el aula sabiendo que son más movidos, impulsivos e
inatentos, pero sin que eso llegue a crear un problema al niño ni a sus
compañeros. Es fundamental que el profesorado esté muy bien entrenado para
resolver esos problemas en el aula. Además, la inmensa mayoría suele
presentar trastornos comórbidos, que indica que presentan varios trastornos
a la vez. Quizá tengan un trastorno específico del aprendizaje, un trastorno
de ansiedad porque ellos sufren, no quieren ser así, no quieren hacer esas
cosas, les gustaría pararse a pensar en las consecuencias. Ellos saben que
han estudiado en casa, pero al día siguiente son incapaces de hacer el
examen si no saben contestar la primera pregunta. Ellos quieren hacer las
cosas bien, pero no pueden porque su trastorno no se lo permite y como el
resto no les entiende y les culpabilizan de todo, crecen con un autoestima
bajísima y en ocasiones nos encontramos con problemas de depresión en la
adolescencia.
- Entonces, ¿sería positivo para ellos que las clases se impartieran en
aulas especializadas?
- Siempre hay que valorar la situación individual de cada niño porque no se
puede hacer una regla para todos. Así, podremos elaborar una intervención
mucho más adecuada. En algunos casos quizá tengan que salir del aula en las
horas en las que presentan una mayor dificultad para ellos, en otros casos
quizá sea suficiente hacer algunas modificaciones metodológicas en el aula.
También influye el entorno familiar, su integración en el aula, la
sensibilidad y paciencia de sus profesores..., todo determina la evolución
de cada niño. Yo creo que la solución no es sacarlos del grupo, estamos en
una sociedad en la que hay muchos problemas de conducta en las aulas, en la
calle, etc. ; entonces, quizá lo más adecuado sea que el ratio por clase sea
más bajo para poder atender mejor a cada niño. Creo que no se trata de
excluir, sino de integrar. De hecho se ha demostrado que con algún cambio
metodológico en el aula y de actitud con el niño han conseguido verdaderos
logros. Lo cierto es que pueden cambiar la vida de una persona.
- ¿Qué es lo que se reclama desde ARPANIH para mejorar la vida de estos
niños?
- Yo creo que las familias necesitamos muchas más ayudas porque las
intervenciones individuales son excesivamente caras. Las familias tenemos
una carga económica importante. Primero la farmacológica porque a pesar de
ser un tratamiento crónico, no se reconoce como medicación de punto negro,
que sólo pagas un precio simbólico, y hay muchas familias que tienen que
invertir 60 euros al mes tan sólo en medicación. Algunas familias no pueden
permitírselo y no pueden ofrecer a su hijo un tratamiento psicológico o
farmacológico porque llevarlo unos meses a una terapia individual no sirve
de nada. También nos gustaría que se acelerara el diagnóstico porque desde
que lo detectas en casa hasta que te atiende el especialista pasa mucho
tiempo y perder un curso es determinante en la vida de una persona porque se
le saca de su grupo o si no pasará con asignaturas suspendidas y si le falta
la base y a esto le añades que tiene problemas de aprendizaje, pasará a un
fracaso escolar, laboral y social enorme. Nos gustaría que el Gobierno
Regional tomara conciencia de que este problema es importante y que hay un
colectivo lo suficientemente grande como para que se le atienda.
- Los niños hiperactivos ¿llegan a cursar estudios superiores?
- La verdad es que son muy pocos los que llegan, a pesar de que tienen
capacidades altas y una gran sensibilidad para todo lo artístico. Los casos
que llegan a la Universidad es porque han tenido la gran suerte de que la
gente que se han encontrado por el camino les ha ayudado y la familia se ha
involucrado por completo con él. Conozco un caso de un chaval que suspendió
secundaria y se preparó en casa con sus padres y pasó la prueba de acceso a
grado medio. Hay muchos chavales que invierten muchas horas en hacer los
deberes o en estudiar y todo este tiempo se les quita de juegos y de
actividades sociales. Esto hace que muchas veces los padres nos convirtamos
en tiranos porque según salen del colegio vamos directos a casa porque, si
no, no da tiempo. Lo peor es que después ven que el esfuerzo que han
realizado no se corresponde con el resultado. Yo he visto como una profesora
le ponía con rojo y mayúsculas a un niño "cómo se nota que no has estudiado"
y esto hace que te derrumbes.
- ¿La hiperactividad es hereditaria?
- Sí, de hecho se están haciendo investigaciones para conocer cuáles son los
genes implicados en el trastorno.
- ¿Existe algún factor que influya en su aparición?
- Puede ser hereditario o adquirido. Si es adquirido puede ser por problemas
en el parto, posible falta de oxígeno, bajo peso al nacer, madres que hayan
consumido drogas durante el embarazo, etc. Pero esto es una minoría, la
mayor parte es porque hay una predisposición genética a desarrollar el
trastorno.
- ¿Cómo se financia ARPANIH?
- Nos financiamos a través de las cuotas de los socios, que es de 72 euros
al año; y de subvenciones del Ayuntamiento de Logroño, de Fundación Caja
Rioja y un convenio que hemos firmado con la Consejería de Educación para
llevar a cabo un programa de apoyo escolar en el que se trabajará con los
niños, profesores y con la familia. Y también a través de donaciones o
actividades que organizamos, como la exhibición de baile de este fin de
semana en Calahorra.
|