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- La Procesión de Santa Catalina sale de la ermita y recorre las calles de la localidad |
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- Durante la procesión se realizaron dos paradas para bendecir los campos de Murillo |
El 25 de noviembre, los calagurritanos tienen por costumbre obsequiar con barritas de guirlache. En un principio se entregaban entre los novios, aunque poco a poco ha ido cambiando la tradición y se entregan entre amigos y familiares. Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en numerosas ocasiones y pidió que se creara la "medalla de la Milagrosa" y prometió que los que la portaran serían bendecidos de una forma especial y, desde entonces, se sucedieron una serie de milagros que hicieron que se popularizara la medalla.
En Murillo de Calahorra cada año se celebra procesión y eucaristía para honrar a la segunda mujer que ha sido Doctora de la Iglesia y que, desgraciadamente, falleció a la temprana edad de dieciocho años.
Murillo no cuenta con una población numerosa, ante la falta de vecinos el alcalde de la localidad depositó la imagen de Santa Catalina en la Parroquia de los Santos Mártires de Calahorra para que allí se velara por su buen estado de conservación y su seguridad, ya que incluso fue objeto de robo en una ocasión, aunque pudo recuperarse posteriormente.
Procesión y misa
Los actos preparados para esta celebración comenzaron a las 12 de la mañana con la tradicional procesión que recorre las calles de la localidad. La imagen de Santa Catalina la portaron los hombres, ya que, de acuerdo a una peculiar tradición, se encargan de hacerlo las mujeres cuando se trata de año bisiesto. Posteriormente, tuvo lugar la eucaristía en la Ermita, que permanece cerrada durante todo el año, excepto el 25 de noviembre.
A los actos celebrados durante la mañana del miércoles acudió una representación institucional municipal de Calahorra integrada por el alcalde, Javier Pagola; José Ibáñez, concejal de Turismo; Mª Teresa Antoñanzas, concejala de Administración General; y Blas Fernández, presidente de la Comunidad de Regadíos de Calahorra.
Así, un año más, Murillo volvió a honrar a Santa Catalina, que estuvo acompañada por los oriundos y descendientes de la localidad riojana. |
Murillo de Calahorra celebró la festividad de Santa Catalina con la tradicional procesión de la santa y una eucaristía en la ermita. Fueron un centenar de personas las que regresaron a Murillo para honrar a Santa Catalina, que creó una medalla que dio lugar a la sucesión de diferentes milagros, según cuenta la leyenda. A la celebración de esta festividad también acudieron varios representantes del Ayuntamiento de Calahorra.
