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LA ENTREVISTA

José Luis Fuertes

Catedrático de Filosofía en Salamanca

- Con la Filosofía se contribuye a ordenar nuestro mundo y a descubrir la perfección de cada uno -


 

 

 

 

 

 

"Estoy muy satisfecho de haber logrado
la cátedra porque en estas universidades antiguas es
muy laborioso obtener una cátedra "

 

 

 


"Cada día se inician nuevas tareas, te das cuenta de que sabes menos, que todavía
hay mucho más por investigar
y descubrir"

 

 

 

 

 

 


"La biblioteca de la Universidad
de Salamanca
es una de
las mejores
y allí siempre hay libros que no ha tocado nadie, manuscritos..."

 

 

 

 

 

 

 


"Me siento muy 'catón', muy de Autol, pero no sé si podré volver cuando finalice mi trabajo"

 

 

 

 

 

 

 

Nació en Autol y su vida académica le llevó a la Universidad de Salamanca, donde se le acaba de conceder la Cátedra de Filosofía del Renacimiento y el Barroco, que es la única de estas características en España. Además, este año también le han distinguido con el premio de investigación María de Maeztu.

Actualmente está esperando a ver publicada su quinta obra en solitario que versará sobre 'El discurso de los saberes'. Las colaboraciones en otras obras son innumerables, pero parece que todavía colaborará en muchas más, ya que a sus 62 años asegura que todavía tiene mucho que aprender y que una ciudad como Salamanca y la biblioteca de la Universidad le ofrece muchas posibilidades de ampliar conocimientos y plasmarlos en sus obras.

- ¿Satisfecho de la cátedra que le han otorgado en la Universidad de Salamanca?
- Sí, es la primera cátedra de estas características que hay en España y se basa en la Filosofía del Renacimiento y el Barroco. Y este año también se me ha entregado el premio a la investigación María de Maeztu de la Universidad de Salamanca, aunque me lo concedieron el año pasado. La verdad es que estoy muy satisfecho de haber logrado la cátedra porque en estas universidades antiguas es muy laborioso obtener una cátedra y cuesta mucho trabajo. Y ahora es cuando esto comienza y lo hago con más ganas, más impulso y con otras perspectivas. Además, pretendo que esto sirva para vertebrar más y mejor la Filosofía en la Universidad de Salamanca.

- ¿Qué se puede lograr a través de la Filosofía?
- Se contribuye a ordenar mejor nuestro mundo y a descubrir el sentido y la perfección de cada uno.

- ¿Su vida académica siempre ha estado relacionada con la filosofía?
- Soy licenciado en Filosofía, me doctoré en Historia de la Filosofía y ahora estoy en Universidad de Salamanca desde 1976 y aquí es donde he obtenido, finalmente, la cátedra.

- ¿Qué le llevó a quedarse en Salamanca como docente?
- No lo sé, las circunstancias son las que te van llevando. Era lo que a mi me gustaba, me sentía cómodo y me llenaba. Yo creo que es una de las cosas más bonitas que hay y ayuda mucho.

- ¿Cuál es su cometido dentro de la Universidad?
- A mis 62 años estoy más joven que nunca y tengo más tareas que el primer día. Ahora soy el director del departamento de Filosofía y Lógica y Filosofía y Ciencia. La verdad es que no me falta trabajo.

- A sus 62 años, ¿Todavía le queda mucho trabajo por hacer?
- Ahora es cuando estoy comenzando. En este oficio del saber, de la investigación y la dedicación a la vida universitaria y el estudio en la Universidad, prácticamente estamos comenzando. Cada día se inician nuevas tareas, te das cuenta de que sabes menos, que hay mucho más por investigar y descubrir. Cada día es nuevo y presenta nuevas tareas y compromisos y exige una dedicación que debes realizar y lo haces con más cautela que el primer día.

- ¿En qué proyectos se encuentra inmerso actualmente?
- Ahora, en septiembre, me voy a un congreso de Filosofía en Brasil y debo ofrecer una de esas sesiones plenarias. Y también tengo un libro en imprenta, 'El Discurso de los saberes', tienen 350 páginas y saldrá para otoño. Presenta los distintos modelos de saber y de las ordenaciones de mundo desde una perspectiva filosófica. Es la primera vez que se aborda un tema así y creo que resultará importante porque señala el tránsito de los modelos del mundo medieval al mundo moderno y me detengo bastante en la filosofía del Renacimiento y en la filosofía del s. XVII, en la del Barroco.

- ¿Le ha ocupado mucho tiempo escribir este nuevo libro?
- Escribir una página es un milagro porque es hacer que pase una hoja en blanco a un texto y esto cuesta. Además, una temática como esta que ofrece una visión global y clarificadora, lleva mucho tiempo pero es lo más apasionante que hay. Ya he escrito cuatro libros más y se centran en la filosofía del Renacimiento y el Barroco y hay desde interpretaciones a aspectos concretos desde Filosofia en las universidades hasta autores muy sugerentes como Erasmo de Róterdam o Tomás Moro. Lo que hacemos los historiadores de filosofía es ampliar el horizonte de nuestro presente y, desde mi perspectiva, llega a los comienzos del Renacimiento. Y también he realizado muchas colaboraciones en otras obras porque en la vida universitaria nos exigimos realizar estas cosas, superarnos, asistir a congresos... No sólo consiste en estar en el aula.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la docencia?
- Todo es bueno, todo es un desafío. Cuando coges a comienzo de curso a los jóvenes universitarios y vas viendo a lo largo del curso la transformación que se va viendo en ellos. Es el proceso de creación de un intelectual, ves a una persona que se va transformando, que comienza a tener una perspectiva y criterios nuevos, que se va encontrando como investigador y autor... Es muy bonito, yo creo que en esta profesión no hay nada malo. Quizá lo único negativo sea que exige una constancia y una dedicación y esto conlleva una vida más austera y retirada. Absorbe mucho y no te puedes despistar. Pero yo creo que todo es bonito porque todo va encaminado a buscar nuevas metas y a superarte.

- En una ciudad como Salamanca existen más facilidades para la investigación en esos campos...
- Sí, la biblioteca de la Universidad de Salamanca es una de las mejores y siempre hay sorpresas. Libros que no los ha tocado nadie, manuscritos... y ahí siempre se encuentran sorpresas. Estamos en un medio privilegiado como es Salamanca y aquí nunca termina la tarea. Es una ciudad que vive la vida universitaria, está construida para servir y propiciar el estudio. Es una ciudad amable, con espacios humanizados, se puede llegar a todos los lugares pronto y a pie, cuenta con unas muy buenas dotaciones universitarias... Además, el conjunto arquitectónico de la ciudad puede ayudar al estudio, siempre que uno no se despiste, que también es fácil.

- Una vez finalice su etapa como docente, ¿Se encuentra el regreso a Autol entre sus planes?
- Pues no lo sé, hasta los 70 por lo menos no nos jubilamos y aún hay muchas sorpresas y mucho por hacer. No sabría decir si entra dentro de mis planes porque tendría que trasladar mi biblioteca, tener medios... Pero si todo va bien, la jubilación no es un retiro, en esa etapa todavía queda más tiempo libre y pienso dedicarlo a escribir. Lo cierto es que me gustaría, me siento muy 'catón', muy de Autol, pero ahora mismo no sabría elegir porque no sé que me van a deparar estos años.

- ¿Visita con frecuencia su ciudad natal?
- Lo hago siempre que puedo, pero suelo hacerlo a la carrera porque mi tiempo es muy escaso. Me gusta mucho visitar Autol, pero tengo poco tiempo.

 
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