"Estoy muy satisfecho
de haber logrado
la cátedra porque en estas universidades antiguas es
muy laborioso obtener una cátedra "
"Cada día se inician nuevas tareas, te das cuenta de que sabes menos, que
todavía
hay mucho más por investigar
y descubrir"
"La biblioteca de la Universidad
de Salamanca
es una de
las mejores
y allí siempre hay libros que no ha tocado nadie, manuscritos..."
"Me siento muy 'catón', muy de Autol, pero no sé si podré volver cuando finalice
mi trabajo"
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Nació en
Autol y su vida académica le llevó a la Universidad de Salamanca, donde se
le acaba de conceder la Cátedra de Filosofía del Renacimiento y el Barroco,
que es la única de estas características en España. Además, este año también
le han distinguido con el premio de investigación María de Maeztu.
Actualmente está esperando a ver publicada su quinta obra en solitario que
versará sobre 'El discurso de los saberes'. Las colaboraciones en otras
obras son innumerables, pero parece que todavía colaborará en muchas más, ya
que a sus 62 años asegura que todavía tiene mucho que aprender y que una
ciudad como Salamanca y la biblioteca de la Universidad le ofrece muchas
posibilidades de ampliar conocimientos y plasmarlos en sus obras.
-
¿Satisfecho de la cátedra que le han otorgado en la Universidad de
Salamanca?
- Sí, es la primera cátedra de estas características que hay en España y se
basa en la Filosofía del Renacimiento y el Barroco. Y este año también se me
ha entregado el premio a la investigación María de Maeztu de la Universidad
de Salamanca, aunque me lo concedieron el año pasado. La verdad es que estoy
muy satisfecho de haber logrado la cátedra porque en estas universidades
antiguas es muy laborioso obtener una cátedra y cuesta mucho trabajo. Y
ahora es cuando esto comienza y lo hago con más ganas, más impulso y con
otras perspectivas. Además, pretendo que esto sirva para vertebrar más y
mejor la Filosofía en la Universidad de Salamanca.
- ¿Qué se puede lograr a través de la Filosofía?
- Se contribuye a ordenar mejor nuestro mundo y a descubrir el sentido y la
perfección de cada uno.
- ¿Su vida académica siempre ha estado relacionada con la filosofía?
- Soy licenciado en Filosofía, me doctoré en Historia de la Filosofía y
ahora estoy en Universidad de Salamanca desde 1976 y aquí es donde he
obtenido, finalmente, la cátedra.
- ¿Qué le llevó a quedarse en Salamanca como docente?
- No lo sé, las circunstancias son las que te van llevando. Era lo que a mi
me gustaba, me sentía cómodo y me llenaba. Yo creo que es una de las cosas
más bonitas que hay y ayuda mucho.
- ¿Cuál es su cometido dentro de la Universidad?
- A mis 62 años estoy más joven que nunca y tengo más tareas que el primer
día. Ahora soy el director del departamento de Filosofía y Lógica y
Filosofía y Ciencia. La verdad es que no me falta trabajo.
- A sus 62 años, ¿Todavía le queda mucho trabajo por hacer?
- Ahora es cuando estoy comenzando. En este oficio del saber, de la
investigación y la dedicación a la vida universitaria y el estudio en la
Universidad, prácticamente estamos comenzando. Cada día se inician nuevas
tareas, te das cuenta de que sabes menos, que hay mucho más por investigar y
descubrir. Cada día es nuevo y presenta nuevas tareas y compromisos y exige
una dedicación que debes realizar y lo haces con más cautela que el primer
día.
- ¿En qué proyectos se encuentra inmerso actualmente?
- Ahora, en septiembre, me voy a un congreso de Filosofía en Brasil y debo
ofrecer una de esas sesiones plenarias. Y también tengo un libro en
imprenta, 'El Discurso de los saberes', tienen 350 páginas y saldrá para
otoño. Presenta los distintos modelos de saber y de las ordenaciones de
mundo desde una perspectiva filosófica. Es la primera vez que se aborda un
tema así y creo que resultará importante porque señala el tránsito de los
modelos del mundo medieval al mundo moderno y me detengo bastante en la
filosofía del Renacimiento y en la filosofía del s. XVII, en la del Barroco.
- ¿Le ha ocupado mucho tiempo escribir este nuevo libro?
- Escribir una página es un milagro porque es hacer que pase una hoja en
blanco a un texto y esto cuesta. Además, una temática como esta que ofrece
una visión global y clarificadora, lleva mucho tiempo pero es lo más
apasionante que hay. Ya he escrito cuatro libros más y se centran en la
filosofía del Renacimiento y el Barroco y hay desde interpretaciones a
aspectos concretos desde Filosofia en las universidades hasta autores muy
sugerentes como Erasmo de Róterdam o Tomás Moro. Lo que hacemos los
historiadores de filosofía es ampliar el horizonte de nuestro presente y,
desde mi perspectiva, llega a los comienzos del Renacimiento. Y también he
realizado muchas colaboraciones en otras obras porque en la vida
universitaria nos exigimos realizar estas cosas, superarnos, asistir a
congresos... No sólo consiste en estar en el aula.
- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la docencia?
- Todo es bueno, todo es un desafío. Cuando coges a comienzo de curso a los
jóvenes universitarios y vas viendo a lo largo del curso la transformación
que se va viendo en ellos. Es el proceso de creación de un intelectual, ves
a una persona que se va transformando, que comienza a tener una perspectiva
y criterios nuevos, que se va encontrando como investigador y autor... Es
muy bonito, yo creo que en esta profesión no hay nada malo. Quizá lo único
negativo sea que exige una constancia y una dedicación y esto conlleva una
vida más austera y retirada. Absorbe mucho y no te puedes despistar. Pero yo
creo que todo es bonito porque todo va encaminado a buscar nuevas metas y a
superarte.
- En una ciudad como Salamanca existen más facilidades para la
investigación en esos campos...
- Sí, la biblioteca de la Universidad de Salamanca es una de las mejores y
siempre hay sorpresas. Libros que no los ha tocado nadie, manuscritos... y
ahí siempre se encuentran sorpresas. Estamos en un medio privilegiado como
es Salamanca y aquí nunca termina la tarea. Es una ciudad que vive la vida
universitaria, está construida para servir y propiciar el estudio. Es una
ciudad amable, con espacios humanizados, se puede llegar a todos los lugares
pronto y a pie, cuenta con unas muy buenas dotaciones universitarias...
Además, el conjunto arquitectónico de la ciudad puede ayudar al estudio,
siempre que uno no se despiste, que también es fácil.
- Una vez finalice su etapa como docente, ¿Se encuentra el regreso a
Autol entre sus planes?
- Pues no lo sé, hasta los 70 por lo menos no nos jubilamos y aún hay muchas
sorpresas y mucho por hacer. No sabría decir si entra dentro de mis planes
porque tendría que trasladar mi biblioteca, tener medios... Pero si todo va
bien, la jubilación no es un retiro, en esa etapa todavía queda más tiempo
libre y pienso dedicarlo a escribir. Lo cierto es que me gustaría, me siento
muy 'catón', muy de Autol, pero ahora mismo no sabría elegir porque no sé
que me van a deparar estos años.
- ¿Visita con frecuencia su ciudad natal?
- Lo hago siempre que puedo, pero suelo hacerlo a la carrera porque mi
tiempo es muy escaso. Me gusta mucho visitar Autol, pero tengo poco tiempo.
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