Ángel Ruiz-Bazán nació en
Albelda y pasó allí sus primeros años, de los que guarda muy buenos
recuerdos como la grabación de algún corto y la creación de 'Radio Vigila'
junto al actor riojano, Javier Cámara. Después se trasladó a Méjico por
motivos laborales y finalmente acabó viviendo en República Dominicana, donde
todavía trabaja en el departamento de audiovisuales de la Universidad.
Durante
el mes de enero, Ángel Ruiz-Bazán ha traído a La Rioja su documental
'Habitantes del infierno' al objeto de recaudar fondos para la escuela de
los niños que quedaron huérfanos a consecuencia del devastador terremoto de
Haití. Recuerda que Haití todavía necesita ayuda, quedan 500.000 personas
sin hogar y se necesitan infraestructuras.
- Nació en Albelda, pero
la mayor parte de su vida ha transcurrido en América.
- Sí, en primer lugar estuve en Méjico
durante siete años. Fui de visita, pero conocí a varias personas que
trabajaban en la Universidad Autónoma y había proyectos interesantes para
realizar y finalmente acabé siendo el coordinador del taller de cine y
vídeo.
- ¿Cuál ha sido su
formación en materia audiovisual?
- Yo he sido prácticamente autodidacta. Aquí
tuve muy buenos maestros cuando asistí a unos cursos que se dieron en la
Universidad de La Rioja y tuve la oportunidad de estar con maestros como
Carlos Saura o Antonio Resines, pero esto será hace unos 25 años atrás. Y
aquí también conté con un gran maestro, Eduardo Gil de Muro al que siempre
recuerdo con todo amor y cariño. Él me enseñó a ver el cine como un
instrumento de comunicación.
- En España también ha
participado en varios largometrajes.
- Sí, trabajé bastante aquí. Colaboré en la
película 'Los señores del acero' de Paul Verhoeven, que después dirigió 'Robocop'.
También colaboré con Imanol Uribe que hizo la película 'La Muerte de Mikel'
y yo hice de extra en esta película en la que trabajaba Imanol Arias. Pero
también hice cortometrajes, como 'El retorno' que fue seleccionado en el
festival internacional de cine de Bilbao y Huesca en 1986. La verdad es que
tuve bastante rodaje en esta época y después ya me marché a Méjico, regresé
y ya volví a marchar a la República Dominicana.
- ¿Qué oportunidad le
surgió en la República Dominicana para que volviera a dejar su tierra?
- Tuve la oportunidad de trabajar en la
Universidad Autónoma de Santo Domingo para dirigir un largometraje
documental sobre esta Universidad, que fue la primera que se fundó en
América. Estuve cuatro años trabajando en este proyecto y obtuve diferentes
nominaciones a nivel internacional. Estuvo nominado en el festival
internacional de La Habana y en Brasil.
- Actualmente continúa
trabajando en República Dominicana.
- Sigo trabajando en la Universidad como
productor de audiovisuales y ahora tenemos un proyecto muy interesante en
cartera, como es la realización de un documental de una problemática a nivel
mundial, la violencia de género. Comenzaremos con el proceso de
documentación, la preparación del guión, etc. Espero comenzar en breve con
este trabajo.
- Ha presentado en La
Rioja su documental sobre Haití, ¿Cómo surge la
necesidad de trasladarse para grabar esta catástrofe?
- Vivo en República Dominicana y allí
sentimos la "coletilla" final de la onda sísmica, de ese seísmo que devastó
Haití en enero de 2010. Yo tenía un proyecto entre manos sobre el carnaval
de Río de Janeiro, pero lo dejé porque donde debía estar es en Haití para
registrar lo que estaba ocurriendo y solidarizarme con este pueblo. Quería
estar allí y qué bien que lo hice porque he conseguido realizar este
documental testimonial de todo lo que ocurrió.
- ¿Qué muestra el
documental?
- El documental muestra cómo estaba Haití
cinco minutos antes de la catástrofe, su arquitectura, muestra el temblor y
después se centra en la primera semana de la catástrofe y muestra cómo quedó
devastado todo el país. Se van narrando historias de diferentes personas que
vivieron esa catástrofe. Es un testimonio del gran dolor que vivió ese
pueblo.
- La proyección tiene
fines solidarios y se destinará a reconstruir escuelas en Haití.
- El documental lo hice para concienciar a
la gente y quise traerlo a La Rioja para darlo a conocer y aunque la entrada
era gratuita, el donativo que se podía entregar se destinará a la compra de
material escolar, pupitres y alimentación para los niños que se quedaron sin
padres con la catástrofe.
- ¿Cuál es la situación
actual de la población de Haití?
- La situación es lamentable. En el
documental se dan unas cifras aproximadas sobre el número de personas que
murieron y se dice que fueron 350.000, pero en el momento en el que ocurre
la catástrofe, Haití no tenía censo, por lo tanto creemos que hay mucha
gente que quedó sepultada y no se pudo contabilizar. También se ofrece la
cifra de personas que quedaron sin hogar y se habla de 1,5 millones, pero
todavía queda más de medio millón que sigue viviendo en las tiendas de
campaña que se habilitaron hace dos años. Pero estas no son las únicas
necesidades, también existe el problema de la alimentación, no hay
infraestructuras ni hay nada. Hay que reconstruir y aquí se plantean también
otros problemas porque es una zona sísmica y hay que tener cuidado para que
no vuelva a ocurrir. No se había dado uno desde hace 240 años, pero esto no
significa que no pueda volver a ocurrir en diez años. La única forma de que
se resuelva esto es que los gobiernos pongan de su parte para reconstruirlo
y poder salir adelante.
- También resultó premiado
en el Festival Internacional de las Hermanas Mirabal.
- Participé con cuatro cortometrajes y nos
premiaron 'Eternas en su vuelo'. Las Hermanas Mirabal, en la época del
dictador Trujillo, conformaban un movimiento 'el 14 de junio', que luchó en
contra de la tiranía. Fueron unas heroínas porque tiraban panfletos,
agrupaban a la gente, etc. Sus esposos fueron apresados y el dictador las
tenía en el punto de mira y cuando fueron a visitar a sus esposos, las
llevaron a cada una por un lado para matarlas apaleadas de forma individual,
después las metieron en el coche y las tiraron por un barranco abajo para
simular que había sido un accidente. La historia de estas hermanas es de tal
relevancia que la UNESCO declaró el Día Internacional de la no violencia en
su honor. El corto que yo presenté está hecho con la única hermana viva,
Dedé Mirabal.
- A pesar de todas estas
experiencias, imagino que los buenos recuerdos de su tierra todavía seguirán
muy presentes...
- Sí, claro. Lo primero de todo es la
familia, después los amigos como Javier Cámara, con el que grabamos el
primer cortometraje que hizo él, también teníamos una radio en Albelda,
'Radio Vigila' en honor a un monje que escribió el códice albeldense. Y
también está la tierra, que es algo que se lleva dentro y cuando uno está
fuera durante mucho tiempo, quiere regresar. La tierra nos llama y además La
Rioja es preciosa.
- ¿Se plantea regresar a
La Rioja?
- Por el momento no porque tengo muchos
proyectos que realizar y hay que seguir adelante en la vida. |