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- ¿De dónde es usted?
- Soy de San Sebastián pero vivo desde hace años en La Rozas, en Madrid.
- ¿A qué se dedica?
- Soy empresario
- ¿Cómo aterrizó en Calahorra?
- Vengo por Calahorra desde el año 94. Me casé en el 96 con una Calagurritana que había conocido en Mallorca y desde entonces venimos toda la familia por Navidad, Semana Santa y fiestas.
- ¿Desde cuando participa en las fiestas?
- Como era cuñado de uno de la Calagurritana -al principio me llamaban "el cuñado del de la Calagurritana"- muy pronto, en el mismo 96 me hice socio de la peña. Los dos hermanos de Marta, mi mujer, son de la peña de toda la vida
- Pero participa usted tan activamente en esta ciudad que parece usted de aquí. ¿Qué descubrió en los Calahorranos para que le hayamos conquistado de esta manera?
- La gente. Ese cariño que te demuestra la gente cuando llegas Hay personas que sólo veo en Navidades o Semana Santa que se alegran de verdad cuando te vuelven a ver. Lo mismo que yo.
- La Semana Santa, en la que también participa.
- Por supuesto. Vengo siempre a pasar la Semana Santa a Calahorra y soy trabador en un paso.
- Pero usted es de San Sebastián.
- Si, pero yo no he vivido mucho tiempo en San Sebastián. Mi padre era militar y nosotros hemos vivido en muchos sitios diferentes; aunque sí que es verdad que viajábamos mucho a San Sebastián a ver a la familia en fiestas y vacaciones. A mí San Sebastián me gusta mucho y de hecho voy mucho.
- Pero las fiestas, en Calahorra.
- Si, son las mejores sin duda y, a diferencia de las de San Sebastián, no están politizadas. Aquí estás con la gente porque quieres estar con ella y se puede hablar de todo sin necesidad de buscar una conversación que no incomode a nadie. Allí es más complicado en este sentido y, en cambio, aquí la gente es más natural.
- Así que se siente muy de Calahorra.
- Si, además quiero que mis hijos, que los dos son madrileños, tengan un referente, y qué mejor referente que Ca lahorra. Los dos están bautizados aquí, en la pila de los Santos. Quiero que se sientan muy a gusto aquí. Que participen en las fiestas, en las procesiones, que vivan sus Santos y su Semana Santa. Que cuando se hagan mayores vengan a Ca lahorra con sus hijos y que la sientan su sitio. Además tengo ancestros riojanos: Un bisabuelo mío era de Alfaro y por parte de mi madre eran de Ezcaray que luego fueron a vivir a Bilbao.
- Pero la gente en Madrid, también tiene fama de acogedora.
- Si pero es una ciudad de todos y de nadie. Somos tantos de fuera que cuando viene alguien nuevo a Madrid enseguida lo arropas, lo ayudas.
- Usted vive en Las Rozas, al lado de Madrid. ¿Qué diferencia Las Rozas de Calahorra?
- Las Rozas no es muy grande pero, a diferencia de Calahorra y, por su forma de construcción de casitas bajas y unifamiliares ocupa una extensión muy grande y tienes que coger el coche para casi todo. Calahorra es mucho más agradable porque puedes ir caminando a todas partes.
- Lo que no quiere decir que llegue a su destino antes ya que lo conoce tanta gente que le pararán mucho por la calle.
- Efectivamente. Me encanta. Aquí hay una frase que se utiliza mucho y que no se conoce por ahí que es la de “Me voy a mensajear”. Me parece que define perfectamente.
- Y luego queda el centro de Madrid.
-Bueno, es que la gente que trabaja en Logroño y que vive en Calahorra tarda muchísimo menos en llegar teniendo muchos más kilómetros que, por ejemplo, mi mujer en ir de Las Rozas al Ministerio. Menos de 45 minutos es imposible, eso si hace buen tiempo y no hay atascos. Allí perdemos una hora y media de vida al día.
- ¿Se ha planteado venir a vivir a Calahorra?
- Me encantaría vivir aquí; pero hoy por hoy es imposible. Mi mujer, Marta, trabaja en el Ministerio y tiene que acudir allí a diario.
- Pero, algo malo tendrá Calahorra.
- Mira, los que vivís aquí no os dais cuenta de lo que tenéis. Calahorra no tendrá todo lo que tiene Madrid, pero es que estáis al lado de todo. Logroño está a nada por autopista, lo mismo Pamplona o San Sebastián, a menos de dos horas y con su playa. Los Pirineos, con lo que a mí me gusta esquiar. La calidad de vida que se tiene aquí no se tiene en ningún lado.
- Usted “vive” la peña Calagurritana.
- Me lo paso como un enano. Aquí tengo la libertad de pasármelo bien. Me encanta la peña y tengo muy buenos amigos aquí. Me siento tan de la peña que es como una identidad. Además soy vocal gastronómico.
- Está usted casado con Marta Lestau, de Calahorra “de toda la vida”. ¿Cómo lleva ella que usted parezca más Calagurritano que ella?
- Ella también quiere muchísimo a Calahorra. Siempre está hablando de Calahorra cuando estamos en Madrid o con amigos que no son de aquí. Lo que pasa es que ella vive las fiestas más tranquila. He de decir que me tiene que aguantar muchísimo estos días porque yo vivo las fiestas a todas horas: mañana, tarde y noche. Para que todo funcione uno tiene que dedicarle muchas horas a las cosas y como me implico tanto en la Peña que a veces no me ve el pelo, aunque sólo estos 7 días del año, que el resto soy super sumiso.
- Se siente tan de la peña que le hemos llegado a ver en televisión vestido de peñista cocinando.
- Si, estábamos en la casa de mi cuñado Pablo y estaban grabando un programa tipo reality de una famosa que estaba con nosotros. Yo estaba en la casa ese día. Hicimos una caipiriña en mitad de la piscina. También hice un calderete de verdad, con leña y todo.
-¿Suele invitar a sus amigos y conocidos a venir a nuestras fiestas?
- Si, siempre traigo a algún amigo para cualquier acto. También para las jornadas Gastronómicas de la Verdura, para las fiestas, la Semana Santa.
- ¿Y qué opinan de nuestras fiestas?
- Les encantan, alucinan pero no aguantan los siete días a nuestro ritmo.
- Y usted que las conoce tanto ¿Qué opina de las fiestas?
- Que son maravillosas aunque están pasando por un momento un poco flojo. No sólo por la crisis.
- ¿Tiene alguna idea de cómo fortalecerlas?
- También hay que conseguir que los peñistas se involucren más en sus respectivas peñas para que no tiren del carro siempre los mismos. No es tanto un problema económico, sino un problema de gente. También hay que conseguir que no se pisen los actos de las distintas peñas. En Calahorra las peñas son el motor de las fiestas y el ayuntamiento tiene que ayudar y si te falta financiación hay que involucrar a la empresa privada.
- ¿Y los toros?
- Hay que potenciar más los toros. Pero todo esto hay que hacerlo con una visión a largo plazo. Esto lo digo sobretodo por el empresario taurino, que no lo conozco. No podemos estar siempre solucionando las fiestas del año que toca. Si lo haces bien, la gente vendrá a los toros a Calahorra como se hacía antes y vendrá a nuestros bares y restaurantes a comer o cenar. Tenemos que apostar, tenemos que ir a más. |