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   CALAHORRA (LA RIOJA) - POLÍTICA -   VIERNES - 01-02-13

Político de pueblo retirado


En estos tiempos convulsos traemos a las páginas de La Noticia a una persona que ha dedicado parte de su vida a la política. Un político de base, "chusquero" como el mismo se define que defiende la política como un servicio a la sociedad, alejado del mal ejemplo que estamos viviendo en estas fechas en España. Este señor, ya entrado en años y con una mente muy lúcida pide que no desvelemos su nombre ni procedencia.

CALAHORRA (LA RIOJA) 01-02-13

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- Usted no llegó a ocupar cargo público de renombre.

- No trabajé por así llamarlo, hacía cosas, hablaba con la gente pero no ostenté ningún cargo. Tampoco mi trabajo me permitía más.

- ¿A qué se dedicó usted?

- Un trabajo de oficina en una pequeña empresa pero ya estoy jubilado.

- ¿Por qué se metió en política?

- Por algo que yo creo que es más común de lo que parece, por servir a la sociedad.

- Eso suena un poco extraño con la que está cayendo.

- Yo creo que no. Cualquiera que medite sobre ello habrá tenido en algún momento de su vida la "llamada" de ayudar un poco. En una asociación solidaria, religiosa... lo que sea. Y también en política, en este caso a nivel de pueblo, se pueden hacer muchas cosas, cosas buenas, siempre con el afán de que el pueblo mejore. No creo que sea tan extraño, lo que sí es menos trascendente que aquellos que se tuercen en el camino.

- ¿Cómo entró usted en política?

- Sin entrar en detalles, fue una sucesión de cosas y situaciones. Pertenecía a una asociación a la que pidieron una persona para participar en determinadas reuniones, por amistad me tocó asistir a esas reuniones, otra persona cayó enferma, yo la sustituí en otro foro, al final, me propusieron entrar y di el paso. Es decir, no entré en política desde la política sino por carambola. No obstante repito que entré con convicción y para ayudar.

- ¿Hay tanta corrupción como parece?

- Como ya te he contestado anteriormente no hay tanto pero lo que hay llama mucho la atención.

- ¿Ha conocido usted la corrupción, como dice usted, a nivel de pueblo?

- Por supuesto.

- ¿Pero vio usted los famosos sobres?

- No no es necesario. Eso es un poco una tontería. Cualquiera te puede entregar un sobre en una oficina de un ayuntamiento, un ministerio, en un bar, o de visita en tu propia casa. La gente no es tonta y no hace esas cosas a la vista de todos.

- Entonces si no está a la vista ¿Cómo se entera usted?

- Porque lo ves. Un buen día asistes a una reunión y uno de los asistentes luce un reloj de oro. Meses después se compra un coche de 30.000 euros. Tú conoces a la persona y empiezas a echar cuentas y las cuentas no cuadran. Y lo que es la fuente más importante: la gente. Empiezan los rumores, los comentarios. Tú mismo "casas" situaciones. Lo viste aquel día en el bar tomando café con menganito, etc. lo de siempre.

Además el interfecto siempre mete la pata, de alguna manera quiere que se vea que las cosas le van bien, aunque eso implique dar que hablar. Somos seres humanos y cometemos errores que nos llevan a veces al desastre.

- ¿Y por qué no denuncian ustedes a este tipo de individuos?

- En primer lugar no tienes pruebas fehacientes. En segundo lugar, como ya te he dicho uno "se mete" para ayudar a la sociedad, a veces contra este tipo de persona, pero tú no eres un fiscal. No estás ahí para eso. Un simple ciudadano no tiene nada que hacer en casos como ese. También por miedo.

- El corrupto se hace o se mete en política por serlo.

- No soy un experto pero supongo que hay de ambos casos, te recuerdo mi nivel de político "chusquero". Creo que en este país y en esta sociedad siempre ha existido el granuja profesional. Somos el país que inventó la picaresca. Lo malo es que no se ejerce con esa gracia. Ahí tenemos el ejemplo de la guerra civil. Mucha gente de derechas acabaron horrorizados por lo que pasó en la guerra, las revanchas y la opresión de posguerra que hundió a todos pero que benefició a una cuadrilla. Eso no era lo que se perseguía, pero es lo que había. Una serie de personas se hicieron con influencias y poder a base de gatillo. Ahora se reivindica a Ridruejo, que fue uno de los compositores del Caralsol y que acabó horrorizado de lo que pasó con tanto salvajismo, amiguismo y corrupción entre gente de su bando pero que no podía reconocer como de los suyos. Tanto fue así que creo que lo desterraron.Y más recientemente lo vemos en los partidos políticos y los reinos de taifas que se han creado.

- ¿Hay corrupción a nivel de cúpula de partido?

- Yo creo que no. No tengo pruebas tampoco pero creo que no. En uno u otro partido. Lo que si hay seguro, es ese tercer partido por así decirlo, esa quinta columna los granujas antes descritos que habitan en todas partes. Gente ingobernable y todopoderosa. Un peligro. Una raza especial que yo definiría como autóctona.

- En su paso por la política ¿Vivió satisfacciones?

- Sí. La mayor satisfacción se logra cuando a base de mucho hablar consigues poner medianamente de acuerdo posiciones antagonistas. Y al decir esto me refiero a cosas absolutamente domésticos. Como convencer a un señor de que poner una zona ajardinada frente a su casa la revalorizará o que hay que apoyar a fulanito porque lo que hace es bueno para el pueblo. Aunque no sea "de tu cuerda". Eso sí es una satisfacción.

- Y en la parte negativa.

- El trato constante con la gente erosiona mucho. La gente protesta por sistema. No meditamos. No pensamos. La gente protesta muchas veces incluso en contra de sus propios intereses. La gente vuelve loco al concejal, al alcalde, al funcionario. Actuamos llevados por un impulso ibérico muy extraño y a veces irracional.

- También dará satisfacción inaugurar grandes obras, carreteras, etc...

- Supongo que sí. La verdad es que en la parte que me toca siempre había falta de dinero para todo. Tenías que echar imaginación y hablar mucho. Luego no me explicaba de dónde se sacaba dinero para tanta inauguración como ha habido hasta hace poco, porque, en mi parecer, el país es pobre.

- Para terminar, reivindica la política como un servicio social.

- Sí. Y no necesariamente como un trabajo, aunque es normal que se cobre algo. Cada uno tiene su circunstancia, veo a la gente joven que vive el día a día con auténtica angustia. Todo se ha acelerado. Es difícil que la gente encuentre un tiempo para los demás, cuando no tienen tiempo ni para sí mismos. En las sociedades avanzadas el pertenecer a una ONG, a una sociedad de ayuda, de lo que sea, es de lo más normal. Aquí todavía tenemos esa asignatura pendiente. Que contribuir a una sociedad mejor forme parte de nuestra vida como el trabajo, el ocio, el estudio, etc. Que conste que ya hay gente así. Sobre todo en asociaciones caritativas ya hay gente colaborando desinteresadamente. Un par de horas a la semana. Con trabajo de oficina o de campo. Y gente además de todo tipo de edad y nivel social. Aunque la mayoría son, somos jubilados.


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