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   LOGROÑO (LA RIOJA) - CULTURAL -   SÁBADO - 09-02-13

Andrés Pascual. Autor de "El sol brilla por la noche en Cachemira"


Andrés Pascual presenta su cuarto libro. Con el primero "El Guardián de la Flor de Loto" logró un éxito en ventas y en críticas. Los siguientes libros "El compositor de tormentas" y "El Haiku de las palabras perdidas" han consolidado su carrera como escritor. Ahora este riojano, de Logroño, multidisciplinar, abogado en ejercicio, compositor musical, escritor, conferenciante, se encuentra promocionando su última novela "El sol brilla por la noche en Cachemira".

LOGROÑO (LA RIOJA) 09-02-13

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"Cualquier viaje encierra un sinfín de enseñanzas que podemos aplicar a nuestro día a día: aprender a no juzgar, a pedir ayuda y dar las gracias, a contemplar nuestra vida con perspectiva, descubrir que para el ser humano no existen límites"


- Su primer libro "El Guardián de la Flor de Loto": 100.000 ejemplares, traducción a cinco idiomas. Comenzó usted por la puerta grande.

- Mi primera novela era un proyecto personal que carecía de aspiraciones de mercado. Lo escribí sin ninguna ansiedad y quizá por ello conectó con los lectores. Por eso sigo escogiendo las historias que me dicta el corazón, sin pararme a analizar su viabilidad en términos de ventas.

- Un hecho muy comentado es que en “El haiku de las palabras perdidas" fantasea sobre un terremoto que destruye una central nuclear en Japón meses antes del tsunami de 2011.

- Cuando escuché por radio lo que ocurría entré en estado de shock. Llevaba año y medio escribiendo sobre el conflicto nuclear en Japón convencido de que era un debate actual e interesante, pero no podía creer que aquella tragedia estuviera ocurriendo en realidad. Incluso me planteé dar marcha atrás, pero comprendí que, más que nunca, la historia merecía ser contada. Cuando mi agente fue a negociar traducciones a la feria de Londres a mediados de Abril, justo después del tsunami, algunos editores extranjeros le preguntaban cómo había podido escribir quinientas páginas en quince días.

- Cuatro libros superventas. ¿Cómo le surge a usted la trama de un libro?

- La idea inicial de cada novela, esa que puede resumirse en una sola línea, surge en el momento más inesperado. Muchas veces me ha ocurrido durante alguno de mis viajes. En todas mis novelas han sido fundamentales los escenarios escogidos, tanto para llenar las páginas de exotismo como para abrirme ventanas por las que asomarme y ver el mundo de otra forma, que es lo que intento ofrecer al lector además de entretenimiento. Suelo decir que el Tíbet de “El guardián de la flor de loto” me enseñó a pensar y el Japón de “El haiku de las palabras perdidas” me enseñó a sentir. A partir de esta nueva perspectiva de las cosas, los vericuetos de detalle de las tramas surgen a base de trabajo, trabajo y trabajo. No hay otro secreto.

-¿Se puede hablar en su caso de un método de trabajo o cada libro tiene su itinerario?

- Yo apuesto por la rutina. No como algo negativo, sino todo lo contrario. En mi caso, las buenas historias surgen de la serenidad que me da el tener un horario estricto. Cada día deseo con toda mi alma que llegue el momento de sentarme a escribir. Voy madurando el texto en la cabeza y cuando me siento frente al portátil, las palabras estallan en todas las direcciones.

- Usted es un viajero empedernido ¿Viaja para inspirarse o la inspiración le lleva al destino?

- Depende del libro. “El guardián de la flor de loto” y “El sol brilla por la noche en Cachemira” surgieron de sendos viajes al Tíbet y la India. En el caso de “El haiku de las palabras perdidas” el proceso fue a la inversa. Quería escribir sobre Japón y me marché un mes a recorrer el país nipón buscando una historia que contar.

- Es un escritor poco habitual en la literatura autóctona: nos lleva a mundos y culturas absolutamente diferentes a nuestras referencias habituales. Es difícil encontrar una referencia a la que asociarle.

- Si comencé a escribir fue para huir de mi realidad cotidiana. Llevo veinte años trabajando de Abogado en mis despachos de Logroño y Nájera y, aun cuando me encanta el ejercicio del Derecho, nunca pensé en escribir sobre juicios y jurados. Prefería seguir explorando en la fantasía los mismos universos mágicos que había conocido en mis viajes. Era una forma de seguir viajando sin moverme de casa.

- En su nuevo libro "El sol brilla por la noche en Cachemira" de nuevo el viaje como metáfora del viaje interior.

- De un tiempo a esta parte me resulta difícil separar los viajes geográficos, literarios e interiores. Cualquier viaje encierra un sinfín de enseñanzas que podemos aplicar a nuestro día a día: aprender a no juzgar, a pedir ayuda y dar las gracias, a contemplar nuestra vida con perspectiva, descubrir que para el ser humano no existen límites… De todo ello hablo en este libro, y también en la charla que daré en Calahorra el día 14 de Febrero.

- "El sol brilla por la noche en Cachemira" habla sobre el miedo, la soledad, la muerte... parece el más intimo de sus libros.

- También habla del amor, de la esperanza, de la amistad y de los sueños. En definitiva, de todas esas pequeñas piezas del gran mosaico de la vida. Por eso creo que los lectores se sienten tan identificados con la pareja protagonista. Porque todos, al igual que les ocurre a mis personajes, ansiamos estar en paz consigo mismos y obtener respuestas para las mismas preguntas que nos formulamos en nuestro día a día: ¿Puedo ser feliz? ¿Merezco ser feliz? ¿Soy culpable o soy víctima de las cosas malas que me ocurren? ¿Cómo puedo encarar sin miedo la pérdida y la muerte? Mis personajes creen que lo han perdido todo y, sin embargo, cuando reúnen el coraje para formularse esas preguntas, encuentran la luz al final del túnel.

- Cuéntenos algo más sobre la trama.

- Trata sobre un observador de Naciones Unidas que acaba de sufrir un atentado en Cachemira y una enfermera militar que se encuentran en un hospital de campaña. Él no puede moverse porque tiene la columna partida por la mitad, pero algo ha cambiado en su interior. Dice algo así como: “Mi cuerpo yace inmóvil, pero noto como si mi alma… volase libre”. Ese es el principio de una larga noche en la que, bajo el silbar de las balas, ambos inician una relación muy especial que les hará recuperar la ilusión por vivir. Se dan cuenta de que, para cambiar el mundo por fuera, primero han de cambiar ellos por dentro. Quizá por eso dice la editorial Planeta que es “el libro que necesitamos leer cuando pensamos que todo está perdido”. Espero estar a la altura de ese eslogan.

- Un libro diferente, no cabe duda. Desde su punto de vista, ¿en qué se diferencia de los anteriores?

- Es más breve, más lírico y con un alto contenido de crecimiento personal, pero no es un libro de autoayuda, que nadie se confunda. Sigue siendo, como los tres anteriores, una novela en la que pasan muchísimas cosas. Lo que ocurre es que la aventura de los personajes se desarrolla hacia dentro. Al final, el viaje más apasionante de todos es el que hacemos hacia las profundidades de nuestro corazón, para descubrir qué es aquello que amamos de verdad, aquello a lo que nos entregaríamos en cuerpo y alma sin esperar nada a cambio. Un viaje difícil y que nos exige sacrificios, pero que todos hemos de hacer en un momento u otro para no llegar al fin de nuestro días y pensar: he desperdiciado mi vida.

- Sus libros se desarrollan en Himalaya, Japón, India. El proceso de documentación debe ser importante.

- Es un proceso muy duro pero también muy placentero. Todos los libros que utilizo para documentarme los leería por puro placer. En realidad, no dejo de documentarme durante todo el proceso de escritura. Hasta el mismo día que pongo la palabra fin no dejo de descubrir cosas interesantes que pueden enriquecer mis tramas y a mis personajes.

- Sus libros parecen definir un género en sí mismo: viajes, aventuras, amor pero con una carga espiritual profunda y un desarrollo de los personajes exhaustivo.

- La faceta más espiritual de mis novelas proviene de los escenarios en los que las sitúo. Tíbet, Japón, Cachemira, son burbujas llenas de energía y de misticismo. Cualquier trama que ocurra allí ha de estar impregnada necesariamente de espiritualidad. Y el amor… A veces escribo capítulos que yo creo trepidantes, o en los que pasan cosas terribles, y a mis lectores les parecen tremendamente románticos. Lo cierto es que todos aspiramos a lo mismo, a la felicidad. Y sólo hay un modo de conseguirla, amando al prójimo como a ti mismo, que es la máxima que subyace en todas las religiones y ramas del pensamiento.

- Ahora nos sorprende como conferenciante: ofrece charlas con temas que van desde el marketing literario a la autoayuda.

- Estas charlas no dejan de ser un reflejo de mi aventura vital. Trato de hacerlas sinceras, honestas, explicar por qué creo que me van bien algunas cosas pero también dejar al descubierto mis debilidades, dudas y temores. Yo soy el primero que aprendo mientras las imparto. La que daré en Calahorra ha pasado ya por varias ciudades españolas y también por el extranjero: Universidad Pontificia de Lisboa, Tel Aviv, el mes que viene la daré en Sao Paulo…

- El libro "El guardián de la Flor de Loto" va a tener versión cinematográfica. ¿En qué punto está el proyecto?

- En Hollywood están las cosas tan paradas como aquí, pero confío que termine cuajando. Los productores que se hicieron con los derechos de la adaptación ya terminaron el guión adaptado y lo están sometiendo a estudios de viabilidad con algunos estudios de primera fila. Lo que ahora hace falta es que llegue Richard Gere o cualquier otro famoso amante del Tíbet y diga: esta es la película que quiero rodar.

- Tiene un grupo de rock propio llamado Animalversion. Defina su estilo musical.

- Hacemos versiones por pura diversión, hace muchos años que dejé de componer, por lo que tocamos palos diferentes. Pero todas rondan el rock al estilo de Gun’s Roses, Rolling Stones…

-¿Cuántos países ha visitado?

- Uff, ni idea. 40, 50… Lo que me estremece es haber recorrido con total libertad algunas zonas del mundo maravillosas que eran un remanso de paz, como la frontera de Irak o la propia Alepo, y comprobar en qué estado se encuentran ahora. En ocasiones pienso que los seres humanos no tenemos remedio. Aunque al momento destierro esa idea y trato de llenar de nuevo los pulmones de esperanza, como hacen los personajes de mi última novela.

-¿Cuál va a ser su próximo viaje?

- Hace tiempo que mi mujer quiere ir al Ártico, y a mí también me apetece ver qué se siente en mitad de ese desierto de hielo. Seguro que ese será nuestro próximo destino. ¡Decidido!

-¿Está preparando el próximo libro?

- Siempre. Recuerdo que cuando terminé “El sol brilla por la noche en Cachemira” estábamos en Venecia, adonde nos habíamos ido aprovechando el puente de San Bernabé. Esa misma noche le hablé a mi mujer de una idea que me había surgido para una nueva novela y me dijo: ¡Pero no puedes esperar ni un día!

- Su escritor favorito.

- Tengo varios: Baricco, Murakami…

- Un libro clásico que no puede faltar en una biblioteca.

- La Biblia.

- Esta pregunta para el músico: un disco irreemplazable.

- Para un pianista como yo, Telegraph Road, de Dire Straits. Más actual, cualquiera de Coldplay.

- Un lugar al que huir. Aconséjenos un lugar paradisíaco y asequible.

- No hace falta viajar al confín del universo para encontrar la paz, ya que el cielo y el infierno están dentro de nosotros. Aunque es cierto que, a veces, el escenario ayuda. Cercano y asequible… Cornwall, en el sur de Inglaterra. Es uno de esos lugares a los que le sienta bien la lluvia. Te sientes en mitad de las cumbres borrascosas de la novela de Emily Brontë.

- Abogado, músico, escritor, conferenciantes ¿Cómo se relaja usted?

- De todo lo que ha dicho, lo único que considero trabajo es la Abogacía. Con el resto de actividades me siento como si estuviera de vacaciones, en paz y muy feliz.


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