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 La Dispensación Responsable de Alcohol es un plus de calidad para un local
Lo ideal sería dar continuidad a esta formación, para poder profundizar en el resto de medidas y tratar de evitar que una persona llegue a este estado.
Estos programas han demostrado su eficacia para reducir la accidentabi-lidad, en especial en jóvenes de 18 a 20 años.
El alcohol a bajas dosis y en los momentos iniciales de su ingesta produce sensaciones euforizantes porque desinhibe, pero el alcohol es un depresor.
- El taller parece que va dirigido más a primeros auxilios pero en el folleto vemos que da pautas de comportamiento para evitar la intoxicación
- El taller se enmarca en un proyecto más amplio que viene desarrollando el Ayuntamiento de Calahorra, en colaboración con Cruz Roja, desde hace más de 5 años. Las pautas de comportamiento para evitar la intoxicación a las que aludes y que aparecen en el folleto, forman parte de lo que se denominan medidas de reducción de riesgos y daños. Estas medidas persiguen que, si alguien ha decidido enfrentarse a un riesgo (como puede ser beber alcohol), sea de la manera más consciente posible, los daños cuanto más eventuales mejor y se puedan tomar decisiones responsables. En definitiva, es trata de disminuir la probabilidad de que el riesgo se materialice en un daño grave para la persona. Una manera de intentar este objetivo sería tratar de que, si alguien ha bebido en exceso y sufre alguna reacción adversa en consecuencia (desvanecimiento, caídas...) pueda ser atendido para que los daños que sufra sean lo menores posible, y aquí es donde entra en juego las medidas para atender a clientes intoxicados que ven incrementada la probabilidad de sufrir daños por el exceso de consumo de alcohol. Atender a un cliente que ha padecido algún tipo de daño a consecuencia de su consumo de alcohol puede precisar intervenciones relacionadas con cuidados de primeros auxilios hasta que pueda ser atendida por personal especializado. Podemos pensar en el ejemplo de un desvanecimiento, caso en el que es preciso saber cómo hay que colocar a la persona para que no se exponga a consecuencias más graves. Este tema se acordó a petición de la propia Asociación de Hosteleros de Calahorra, ya que les pareció un tema muy oportuno y que podía resultarles de utilidad. Lo ideal sería dar continuidad a esta formación, para poder profundizar en el resto de medidas y tratar de evitar que una persona llegue a este estado.
- El camarero no es un agente de la ley ni un psicólogo ¿No estamos cargándole de una responsabilidad que no es suya?
- El hostelero puede llegar a tener influencia y capacidad de reducir riesgos en sus clientes, como lo han venido demostrando los programas de Dispensación Responsable de Alcohol que se han desarrollado en diferentes países. Son programas de entrenamiento a camareros, personal de seguridad, etc., que tratan de evitar la dispensación a menores, a personas intoxicadas o a clientes que vayan a conducir. Por ejemplo, han demostrado su eficacia para reducir la accidentabilidad, en especial en jóvenes de 18 a 20 años. Se ha calculado que entrenando al 60 % de dispensadores para que no sirvan alcohol a clientes intoxicados, las muertes por accidente de trafico es reducirían en un 23 %., y también se han mostrado efectivas para reducir las agresiones en el local y su entorno. En Suecia es realizo un estudio que demostró que en el 95% de 92 locales de Estocolmo se dispensó alcohol a actores que fingían estar borrachos. No se trata tanto de cargar de responsabilidad, como de hacer conscientes a los profesionales de la importancia de su colaboración para evitar algunas de las consecuencias negativas del alcohol.
- Te preocupas por la salud del cliente pero quizás pierdes el cliente.
- En realidad la Dispensación Responsable de Alcohol es un plus de calidad para un local. En los países en los que se ha implementado de manera sistematizada ha demostrado que mejora el ambiente de los locales y la calidad del servicio. Recordamos que sirve para evitar conflictos entre clientes, agresiones, etc. Sus beneficios revierten no solo en la persona intoxicada, sino en el resto de clientes, que son mayoría y que no quieren verse involucrados en problemas cuando salen a divertirse. En España, la propia industria de bebidas alcohólicas ha desarrollado diferentes materiales y recursos para implementar este tipo de iniciativas en nuestro país y, recientemente el Delegación del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas ha firmado un Convenio con la Federación Española de Hostelería y Restauración para dar un impulso definitivo a este tipo de programas.
- Intentar involucrar al hostelero es novedoso ¿Cómo asumen los hosteleros estos cursos?
- En España es más novedoso que en otros países, y en La Rioja, que conozcamos, solo se ha hecho en Calahorra. Es el segundo curso que realizamos de esta índole. El primero lo realizamos Cruz Roja y el Ayuntamiento de Calahorra hace cuatro años, y ahora hemos retomado la experiencia. En medio de este periodo, se han realizado diferentes campañas en colaboración con el colectivo hostelero de Calahorra. La implicación de este colectivo siempre ha sido buena. Es difícil captar a los profesionales para que acudan a cursos, dada la complejidad de sus horarios, pero en las dos ocasiones hemos logrado sacar adelante la formación. Una vez concluidos, las valoraciones de los asistentes son positivas y consideran los contenidos útiles para su trabajo.
- No es sencillo razonar con una persona que ha consumido alcohol en exceso ¿Cómo se le debe tratar?
- En este tipo de cursos, sobre dispensación responsable de alcohol, se suelen entrenar este tipo de aspectos, y las pautas hacen referencia tanto al comportamiento verbal, pero sobre todo al no verbal, porque bajo los efectos del alcohol suele aparecer una mayor agresividad. También hay que considerar, en este sentido, estas situaciones se producen en locales de ruido o poca luminosidad que afecta a la comunicación, por eso la manera en que se transmite el mensaje es fundamental. Ejemplos de estas pautas son: usar un tono sereno, discreto, pero no tan lento que el otro se pueda ofender, no usar movimientos o gestos bruscos que puedan parecer agresivos, no tocar al cliente, mantener contacto ocular al hablar y gestos de asentimiento cuando el otro hable, para que se sienta escuchado.
- ¿Por qué las diferentes reacciones ante el consumo de alcohol?
- El alcohol es siempre la misma sustancia, etanol, y sus efectos sobre el cerebro siguen una pauta común, que dependerá de diferentes variables: de la cantidad de alcohol ingerida, el tiempo en que se haya consumido (no es lo mismo tres cervezas en una hora que a lo largo de una noche), de que se haya ingerido alimento, del estado de ánimo de la persona, de la habitualidad con que se consuman bebidas alcohólicas, entre otros factores. El alcohol a bajas dosis y en los momentos iniciales de su ingesta produce sensaciones euforizantes porque desinhibe, pero el alcohol es un depresor, esto significa que actúa sobre el sistema nervioso central produciendo somnolencia, lentitud de reflejos, descoordinación motora...
- ¿Hay pautas para evitar que el cliente llegue a un consumo perjudicial?
- Existen recomendaciones para realizar un consumo de bajo riesgo de alcohol, pero hay que considerar en todo momento que son generales, habrá casos en los que cualquier consumo pueda resultar perjudicial (en el caso de menores, mujeres embarazadas, si se va a realizar a continuación un trabajo peligroso o a conducir, si se está tomando medicación...). Considerando esto, las recomendaciones más comunes hacen referencia a: alternar bebidas alcohólicas con no alcohólicas, espaciar los consumos, beber despacio y con el estómago lleno... sobre todo es importante estar informado, conocer los propios límites y los innumerables mitos que existen sobre el alcohol o la forma de eliminarlo. No convertir el consumo de alcohol en el elemento central de la diversión es la mejor medida de autocuidado.
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