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    - EMPLEO -   VIERNES - 31-01-14

Fernando Trasherras. Vigilante jurado.


Fernando Trasherras es Vigilante Jurado un físico potente con más de 1,90 de estatura le abrió las puertas a este trabajo y otros trabajos del mismo tipo con diversas peripecias que amablemente nos relata con una voz grave y pausada acorde con su presencia.


31-01-14

- Vigilante jurado en un supermercado - ABRIR Fotogalería


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Un supermercado es hoy en día lo que hace años la “plaza pública”. Aquí se encuentran las personas y hay veces que hay conflictos

Es comprometido retener a una persona que supones que roba, no te digo nada si te equivocas.

Lo peor es tirarme 12 horas de pie. Se me quedan las pantorrilas como maderos

La gente tiene que entender que hay ocasiones en las que tienes que hacer revisiones rutinarias sin indicios, simplemente porque hay que hacerlas.

Hay gente que ante un vigilante se pone nerviosa y otros que al contrario les da tranquilidad.


- ¿Cómo entró en este tipo de trabajo?

- No es el típico caso de que “me apunté a una academia” es un poco más largo. Entré muy joven en el tema de seguridad. La realidad es que en la adolescencia tuve el desarrollo muy temprano. Era un chaval repentinamente muy alto y tenía muchos problemas de coordinación. Imagínate siempre fui un niño alto pero en poco tiempo crecí veintitantos centímetros. Tenía problemas de coordinación, me golpeaba con todo, al correr me caía, vaya era el tío largo patoso. Aconsejada por el médico mi madre me apuntó a un gimnasio en artes marciales para ganar en coordinación. En el mismo gimnasio entrenaban policías, guardia civil, vigilantes, etc. Allí me captaron y me propusieron hacer el cursillo para vigilante, bueno eso fue años después pero más o menos ese fue el itinerario. Los estudios no eran lo mío y me pareció una buena manera de ganarse la vida.

-¿Qué artes marciales practicó?

- Creo que todas porque, la verdad, no me gustaba ninguna. Pasé por todas las posibilidades del gimnasio, máquinas, aero-dance, todo... Aunque la verdad es que yo iba encantado pero no para hacer deporte sino por las chicas. Lo siento era joven.

- Al menos estaría en forma.

- Sí durante años fui carne de gimnasio. El caso es que ahora ya estoy más delgado, un poco calvo, pero entonces tengo que reconocer que estaba impresionante tengo algunas fotos de entonces... En fin mis compañeros me llamaban el Terminator, con eso te digo todo.

- Ese físico potente le abrió las puertas a su siguiente cometido.

- Sí al final te mueves en los mismos ambientes que gente que se dedica a algo parecido. En la empresa en la que trabajaba empezaron a contratar a gente de escolta para el País Vasco, por lo del terrorismo, y ahí muchos tuvimos una oportunidad de trabajar con unas condiciones económicas mucho mejores. Si de vigilante jurado ganabas “x” de escolta podías ganar “10 por x”. Muchos dimos el paso ya que era un trabajo al que ibas contratado pero voluntariamente, entre otras cosas porque te podían matar.

- ¿Cómo fue la experiencia?

- No quiero hablar mucho del tema. Si hubiera sabido lo que iba a ver y las secuelas mentales del tema probablemente ni hubiera ido. El nivel de estrés, estamos hablando de hace más de 20 años, era horrible un día sí y otro también mataban a alguien y al escolta o resultaban mutilados. Mejor no recordarlo. Todavía sueño con esas cosas.

- ¿Cómo lo dejó?

- Conocí a mi mujer, que por aquel entonces trabajaba en Nájera, antes de casarnos me obligó a dejar ese trabajo. Yo estaba muy estresado. Ahora con la perspectiva del tiempo puedo hablarlo y reconocerlo. De todas maneras antes de dejarlo me ofrecieron ir de guardaespaldas al Golfo Pérsico, los sueldos eran increíbles. Un compañero que sí que se “alistó” volvió 5 años después y se jubiló con la pasta que ganó. Ahora tiene una granja en la que cultiva frutas. De risa. De todas maneras yo quería algo más tranquilo y sí volví a la vigilancia de seguridad.

- ¿En algún ámbito concreto?

- Sí en una cadena de supermercados, pero vaya yo estoy siempre en el mismo. Mejor no comentar dónde. Pero lo tengo en mi misma ciudad.

- Mucho más tranquilo.

- Esto es un jardín de infancia comparado con aquello. No sé, hace poco hablé con un par de excompañeros y me decían que hice bien que sus vidas allá arriba fueron un infierno que se divorciaron y tal. Y mi mujer me dice “¿ves como hiciste bien?” y yo le digo sí cariño pero que mis excompañeros ganaron mucha pasta, ahora me hablan desde su apartamento en Marbella, jubilados y arrejuntados con chicas mucho más jóvenes (Se ríe). Intento hacer broma sobre el tema para descargarle dramatismo porque lo pasé fatal, pero de verdad no quiero ni recordar el tema.

- Volvamos a su trabajo. ¿Cómo es el día básico de un vigilante en un supermercado?

- Es lo que se ve. Vas a trabajar con el termo y la fiambrera. Sobre todo el café que no falte. Consumo litros de café porque si algo hay que estar en este trabajo es bien despierto. Te pones el uniforme y a hacer rondas. Nunca a las mismas horas por los mismos sitios. Hay itinerarios establecidos pero como te digo a diferentes horas para que la gente no te espere. Hacemos paradas en diversos sitios, cajas, informática, dulces, sobre todo sitios con productos atractivos y pequeños que se puedan esconder fácilmente. También hacemos rondas por el aparcamiento el exterior y el interior que es un sitio donde la gente no se da cuenta pero en los aparcamientos se roba mucho. No está muy clara de quién sería la responsabilidad pero aún así la empresa prefiere tenerlos vigilados ya que no da buena imagen que te roben en tal o cual súper.

- ¿Qué es lo peor en este trabajo?

- Para mí tirarme de 8 a 12 horas de pie. Se me quedan las pantorrillas como maderos.

- Habrá tenido que detener a alguien alguna vez.

- Es comprometido retener a una persona que supones que roba, no te digo nada si te equivocas. Hay gente que acepta tus disculpas y hay gente, poca, que te denuncia. Ahora parece que va a cambiar la legislación. La gente tiene que entender que hay ocasiones en las que tienes que hacer revisiones rutinarias sin indicios, simplemente porque hay que hacerlos. Hay gente que ante un vigilante se pone nerviosa y otros que al contrario les da tranquilidad.

- ¿Ha tenido algún altercado grave?

- Bueno un supermercado es hoy en día lo que hace años la “plaza pública”. Aquí se encuentran las personas y hay veces que hay conflictos. Generalmente conflictos que la gente se trae de fuera. En todos estos años habré tenido un par de conflictos importantes de varias personas peleándose a puñetazos. Pero vaya no es lo común. Lo más habitual son los pequeños hurtos.

-¿Peleándose a puñetazos?

- Sí en una ocasión tuvimos una escena de película. Dos familias, que luego resultó que eran rivales en la venta de droga se encontraron frente a frente en uno de los pasillos. Quedó grabado en las cámaras. Aquello parecía una del oeste. Las mujeres se agarraron del pelo, los hombre a puñetazos, las estanterías por los suelos...

- ¿Y qué puede hacer un vigilante en ese caso?

- La cabeza fría. Lo primero llamar a la policía y advertir que vengan con gente. Aislar la zona con la ayuda de las cajeras o de los dependientes para que no entre nadie “en la zona de guerra” y finalmente intentar razonar con ellos o evitar que se maten.

- Pero usted corre peligro.

- Donde yo estoy solemos estar dos vigilantes, pero mi táctica es intentar desestabilizar al más peligroso, pero sin darle la espalda al resto. Si veo que uno es peligroso intento desestabilizarlo y apartarme. Neutralizarlo y apartarme, una y otra vez. Sin ensañarse pero sin que el otro lleve la iniciativa, básicamente neutralizar al peligroso mientras viene la policía.

- Y con respecto a los robos.

- Como es de suponer con la actual situación económica hay muchos más robos. Antes había entre 3 y 5 pilladas a la semana. Ahora hay semanas de 15. Aunque hay que decir que antes los intentos eran de gente más profesional. Ahora se cogen muchas pequeñas cosas y con poco valor. Del tipo de cuñas de queso, pintalabios, etc.

- ¿Hay un perfil tipo del delincuente?

- He visto muchos más hombres robando por necesidad: cajas de leche, potitos para bebés, arroz, cosas así. En las mujeres veo más variedad. Cuando los pillas los hombres suelen ser más serenos, más resignados, las mujeres... hay algunas que incluso te agreden enfadadas porque las has pillado.

- ¿Lo de forrar el bolso con papel de aluminio funciona?

- Lo de los bolsos cubiertos con papel de aluminio a veces funciona a veces no. Igual es cosa de la marca y de la calidad del papel de aluminio. Vamos a ver eso no es así propiamente. Nosotros solemos ver al que roba o bien nos avisan desde la cámaras de seguridad. Nos apostamos junto a la caja porque es ahí donde se demuestra el robo o el hurto. Hasta que la persona no pasa por caja y no oculta lo que ha cogido y no lo paga, no se ha cometido el delito. Se desenmascara en la caja pero no es que salten allí las alarmas, aunque a veces también. En muchos casos nosotros vamos a la “detención” con la seguridad o con la sospecha fundada.

- ¿Y denuncian siempre?

- Cada empresa es cada empresa. Ese no es mi cometido. Por lo general si se recupera lo sustraído y a la vista de cada caso hay ocasiones en las que se invita a la persona o personas a que no vuelvan a visitar nunca el establecimiento. Pero sí, en muchos casos se denuncia.


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