A las 11:25 de la mañana la glorieta de Quintiliano permanecía casi desierta y mojada por una pertinaz lluvia, pero a las 11:45h. comenzó a aparecer la gente pertrechada con paraguas, o sin él, hasta llenar todo el espacio visible. Glorieta, hall del Paseo Mercadal y la calle Mártires aparecían repletas de gente como en cualquier otra convocatoria festera, como pueden ver en este video y estas imágenes. La lluvia impidió la salida de los gigantes y la participación de la Banda Municipal de Música. A pesar de todo el comienzo de las fiestas contó con el jolgorio habitual. Desde el balcón de la casa Consistorial, el alcalde, Luis Martínez Portillo, se confesaba muy emocionado. Era la primera vez que, como alcalde, prendía el cohete festero y felicitaba a todos los calahorranos en las fiestas de San Emeterio y San Celedonio. Tras la entrega de los pañuelos festeros a los presidentes de la peñas de la ciudad, acompañados del correspondiente cheque, Luis Martínez Portillo salió al balcón principal del Ayuntamiento y ayudado por la reina de las fiestas, Virginia Torres, prendió el cohete-chupinazo que da lugar a unas excepcionales fiestas de invierno que tendrán 3 días completos de celebración y que han visto el comienzo de las mismas a plena luz del día, cuando habitualmente lo hacen de noche.
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